Penélope Cruz ya forma parte del firmamento hollywoodense
México.- La actriz española Penélope Cruz, de 26 años, vive instalada definitivamente entre las grandes estrellas de Hollywood, con una fulgurante carrera en tierras americanas que le ha llevado a compartir el honor de ser seleccionada por la revista Vanity Fair entre las diez estrellas del cine actual que han ocupado su portada con motivo de la entrega de los Oscar.
Su rodaje con Tom Cruise en Vainilla Sky, del que se habla como fuente de la separación matrimonial del actor con Nicole Kidman, y su relación sentimental con el actor, la han situado en el “top ten” de las jóvenes actrices, a pesar de la tibia acogida de sus últimos estrenos “made in Hollywood”: All the Pretty Horses, junto Matt Damon, y Woman on Top, dirigida por la venezolana Fina Torres.
Penélope ha estrenado recientemente otras dos películas junto a dos pesos pesados del celuloide: Blow, con Johnny Deep, y Captain Corelli’s Mandolin, al lado de Nicolas Cage.
Como actriz, Penélope Cruz tiene poco que demostrar para quienes conocen su trayectoria española, con dos títulos de referencia fundamentales: Belle Epoque y Todo Sobre mi Madre, ganadores de sendos Oscar de Hollywood.
En EU, su elegancia, su suave belleza y la profundidad de sus ojos la han llevado a infinidad de portadas en los últimos tiempos, y en más de una ocasión se han comparado su físico con el de la mítica Audrey Hepburn.
Nacida en Madrid el 28 de abril de 1974 -hija de Eduardo Cruz, agente comercial, y de Encarna Sánchez, peluquera, y con dos hermanos: Mónica y Eduardo- debe su nombre de pila al amor de sus padres por la canción de Joan Manuel Serrat.
Jamón, Jamón junto
a Javier Bardem
Muy pronto su belleza encaminó sus pasos hacia las cámaras, y después de ingresar a los 5 años en una escuela de baile, y a los 14 trabajaba como modelo publicitaria y fue portada en algunas revista de moda.
Después de dejar los estudios secundarios, estudió Arte Dramático y un curso de cine impartido por Carlos Saura. Tras un paso fugaz por la televisión -debutó como actriz en ese medio a los 15 años en la serie Ella y él-, en 1992 se inició en el cine con El Laberinto Griego, de Rafael Alcázar, y ese mismo año llegaría su “boom” cinematográfico con Jamón, Jamón (1992), dirigida por Bigas Luna, junto a Javier Bardem.
Además de los títulos citados, en su prolija carrera cabe destacar su trabajo en La Niña de mis Ojos, de Fernando Trueba, por el que ganó en 1999 el premio Goya a la Mejor Actriz, que entrega la Academia de Cine Español.
Ahora, ya instalada en Hollywood, tiene claro que el auge de lo hispano en el mundo del espectáculo en EU no es casual: “Lo que está pasando tenía que pasar”.
Privilegiada por su trabajo:
“Tengo mucha suerte porque he podido trabajar desde que empecé a actuar con sólo 11 años de edad. He podido hacer las películas que quería hacer y trabajar con la mejor gente en los mejores proyectos. Es un enorme privilegio poder despertarme por la mañana y hacer lo que me gusta y emplear mi tiempo y mi energía en ello”.
Pero la actriz ve notables diferencias entre la maquinaria del “star system” en los Estados Unidos y Europa:
“No creo que el concepto de estrella cinematográfica exista de verdad en Europa. Tenemos una gran industria, pero no es como en los Estados Unidos. Allí, hay actores que trabajan, y son actores de éxito, pero el concepto de estrella es muy diferente y no creo que sea necesario que exista”.
Lleva ya trabajando sin parar durante casi dos años en Los Ángeles, y tras vivir durante meses en hoteles, recientemente se ha mudado a un apartamento en West Hollywood.
Aunque echa de menos a su familia y amigos, ve la situación como una prolongación natural de su trabajo, “no como el final de una etapa y el principio de otra”, recalca.
Penélope, que es afín a la religión budista, es también una de esas estrellas que se preocupan por ayudar en lo posible a los más desfavorecidos; en numerosas ocasiones ha protagonizado actos para recaudar fondos de ayuda a los niños tibetanos en el exilio, y son muy frecuentes sus viajes a la India, donde colabora con la Fundación Sabera, fundada por Nacho Cano, ex componente del grupo musical Mecano y ex novio suyo.
La Fundación Sabera ayuda a las niñas abandonadas en las duras calles de Calcuta, un lugar que conoció cuando entrevistó allí a la fallecida madre Teresa. “No creo que tenga ningún mérito lo que hago, pero sí tengo claro que seguiré haciéndolo de por vida”, concluye la actriz española.