Lerdo, Dgo.- Juan José Vargas Meraz tiene años engañando a los alumnos que de buena fe cursaron sus estudios en la Unidad Universitaria Lerdo. Gabriela González Núñez, representante de un grupo de ex alumnos manifestó lo anterior y señaló que desde hace siete años esta en espera de su título profesional.
La situación de Gabriela y sus compañeros que estudiaron la licenciatura en Educación Especial y Administración de Empresas es más grave. Todos cuentan con recibos de pago del sinfín de cuotas que les cobraron para obtener su documento oficial.
“La pero burla ocurrió cuando no entregaron las cartas de pasantes en 1996, la ceremonia fue en el Salón Azul de la Presidencia, estábamos emocionados, pero ya tarde no enteramos que los papeles eran falsos”, dice la denunciante.
Los datos que proporciona Gabriela González y que anexa con copias de los expedientes de sus demás compañeros, fueron presentado en esta casa editora a raíz de la publicación de una serie de irregularidades que se registraron en una escuela que funcionaba como extensión de la UUL.
“Nos dio gusto ver que al fin se hizo público el engaño de quienes lucran con la educación con el consentimiento de las autoridades, cómo es posible que una escuela fantasma opera sin que sea clausurada antes de que afecten a tantas personas”.
El principal interés del grupo de ex alumnos de la UUL resurgió al enterarse que las actuales autoridades educativas del estado de Durango aseguraron que los alumnos que cursaban en el citado plantel tienen la oportunidad de obtener su título.
“A nosotros nos pidieron muchas cosas, cursos, diplomados, pagos, a los alumnos de Trabajo Social les dicen que van a recibir su título, eso nos dijeron hace siete años y no tenemos nada”, dice la joven.
El colmo del contubernio
Desesperados porque no encontraban apoyo para resolver su situación, en octubre de 2001, el grupo de ocho alumnos acudió con el presidente Luis Fernando González Achem, durante un año sólo eran vueltas y vueltas, al final se enteraron que el “rector”, de la UUL trabaja en el departamento de becas del Ayuntamiento.
“Por qué no engañan, el Alcalde decía que nos iba ayudar, pero cuando nos enteramos que protegía a Vargas Meraz nos dijo que todo era nuestra culpa por inscribirnos en una escuela de Lerdo”. Dijo Gabriela González.
Respecto al propio Vargas Meraz, los alumnos afectados dicen que él se regía por dos reglas. La primera era: “No me interesa titular, sólo que me paguen, y la segunda, “Las palabras se las lleva el viento”, en alusión a los acuerdos incumplidos donde siempre decía, ¿Firmé algún papel?
Agravando su situación, la denunciante informó que en junio del presente año solicitaron ayuda al Gobierno Federal, la respuesta fue una carta firmada por Laura Carrera Lugo de Atención Ciudadana, quien solicitó que se dirigieran con Carlos Moreno Téllez, secretario particular de la Subsecretaria de Educación en el Estado de Durango.
Al presentarse con la copia del documento enviado vía Internet por el Gobierno Federal, Moreno Téllez les dijo a los ex alumnos que en su oficina recibe cientos de documentos similares que terminan en el mismo lugar, la basura.
La investigación realizada por El Siglo de Torreón permitió ventilar a la luz pública las anomalías de la UUL y el centro escolar Catarino Herrera. Ahora el grupo de los ocho alumnos analiza la posibilidad de denunciar penalmente a su defraudador.