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The Wall Street Journal

Gilberto Serna

Dura decisión debió tomar el gobierno ruso a cuyo frente se encuentra el presidente Vladimir Putin, cinta negra en judo, surgido de las filas de la KGB, la otrora temida policía secreta soviética, para rescatar del interior del teatro Dubrovka a aproximadamente 800 rehenes, en poder de un comando de separatistas chechenos formado por 50 guerrilleros. Durante la operación, en que participaron tropas rusas de élite, murieron 116 rehenes, víctimas al parecer de una nociva sustancia volátil, uno más falleció por disparos de los secuestradores y otro cuando irrumpieron en el lugar las fuerzas especiales. El deletéreo utilizado se especula haya sido el gas neurotóxico conocido con las siglas BZ utilizado por primera vez por Estados Unidos en la guerra de Vietnam; aunque después funcionarios de Estados Unidos dijeron, pretendiendo quizá amortiguar la responsabilidad de los rusos, que se usó Fentanyl, un derivado de opio, de rápido efecto, que de ninguna manera provoca la muerte.

El gobierno ruso aceptó haber usado el anestésico mencionado por los EU para disipar la duda que flotaba en el ambiente sobre si se usó o no un mortífero compuesto. Bien, sea como sea, el propósito era evitar la respuesta de los captores chechenos entre los que había mujeres que traían explosivos adosados a sus cuerpos los cuáles habían amenazado con detonar si los rusos no retiraban sus tropas de Chechenia y que podían haber hecho estallar en el teatro con consecuencias devastadoras. Con el gas se logró el objetivo de evitar que los chechenos hicieran volar el recinto que hubiera dado lugar a un mayor número de muertos.

Desde los primeros momentos la noticia conmocionó al mundo. Imaginemos por un momento que el gobierno ruso se hubiera mostrado pusilánime. Es la hora en que se estuvieran desatando una ola de secuestros con fines políticos. Podemos estar o no de acuerdo con la actitud que Rusia ha tomado en el caso de la república de Chechenia más, sin embargo, no estaremos jamás de acuerdo en que para lograr un objetivo se proceda al chantaje mediante el secuestro de personas inocentes para obligar al contrario a aceptar condiciones que de otra manera rechazaría. Lo que llamó profundamente la atención es que los rusos usaran un elemento que se supone no producen.

Nada dice el gobierno de Bush acerca de que los rusos tengan algo que no deberían tener en sus almacenes. Hay ahí una cierta protección al gobierno ruso que no es gratuita. El huésped de la Casa Blanca espera a cambio, según analistas políticos de Washington, que los rusos lo respalden en el Consejo de Seguridad de la ONU para lograr un aval en su determinación de ir con todo en contra de Saddam Hussein.

Aclaremos que los Estados Unidos requieren 9 votos de los 15 países no permanentes que son: México, Bulgaria, Camerún, Colombia, Guinea, Irlanda, Mauricio, Noruega, Singapur y Siria, aparte de ningún veto por el lado de los permanentes que son Francia, Rusia, China y Gran Bretaña -además de los propios norteamericanos-. Mientras diremos que el influyente diario The Wall Street Journal resalta que la falta de apoyo mexicano será algo que Estados Unidos no olvidará por mucho tiempo. Los expertos estiman que México, Siria, Camerún y Guinea se opondrán a la iniciativa en la que se da manga ancha al Pentágono para atacar a Iraq.

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