México, D.F.- La ex estrella mexicana del pop Gloria Trevi permanecía ayer prisionera en una cárcel de Chihuahua, en el norte de México, tras negarse a declarar por cargos de complicidad en corrupción de menores.
Tras una larga batalla legal, Trevi, de 34 años, aceptó su extradición a México desde Brasil, donde estuvo detenida casi tres años y donde concibió a su hijo Ángel Gabriel, de diez meses de edad. Trevi viajó el sábado desde Sao Paulo y quedó detenida en Chihuahua.
“Estoy con el artículo 20 (de la Constitución) y me abstengo de rendir declaración”, dijo Trevi entre las pocas palabras que dijo en la audiencia preliminar -que concluyó al filo de la medianoche del sábado- tras llegar a Chihuahua.
El citado artículo otorga a los acusados de cualquier delito en México el derecho de no hacer declaraciones judiciales si así lo desean.
La ex reina del pop, que en vez de declarar presentó un testimonio escrito de 58 fojas, permanecía en el Centro de Readaptación Social Aquiles Serdán, una prisión en los suburbios de la árida Chihuahua.
La cantante alcanzó la cima de la fama a principios de la década de 1990 con el estilo rebelde de sus provocadoras presentaciones y calendarios de desnudos.
Trevi está acusada en México de supuesta responsabilidad en violación, rapto y corrupción de menores, cargos que se le imputan directamente a su ex representante, y presunto padre de Ángel Gabriel, Sergio Andrade, quien permanece en Brasil.
La Procuraduría General de la República (PGR) dijo el domingo que todavía gestiona la extradición de Andrade y de María Raquenel, quien fue corista de Trevi y quien estaría también implicada en las acusaciones.
“Sabemos que próximamente el gobierno de Brasil nos ratificará la disposición de hacer la entrega”, dijo Alejandro Ramos, subprocurador de la fiscalía mexicana, quien no estableció un plazo para que eso ocurriera.
Según versiones de la prensa local, a los cargos que enfrenta Trevi en Chihuahua podría sumarse un proceso penal por privación ilegal de la libertad y violación de menores en la capital de México, promovidos en una denuncia de Aline Hernández, ex cónyuge de Andrade.
“Tendremos que mandarla traer para que responda (Trevi) ante las autoridades del Distrito Federal”, dijo el procurador capitalino Bernardo Bátiz.
Tras las rejas
chihuahuenses
Cargando a su bebé, Trevi escuchó las formalidades de la audiencia durante una hora, mordiéndose las uñas tras unas rejas blancas mientras su niño sollozaba.
Durante la audiencia, unos pocos fans con pancartas de apoyo alentaron a gritos a la ex diva desde afuera del edificio bajo el inclemente frío de la noche chihuahuense.
Ahora el juez que sigue el caso, Héctor Talamantes, tiene plazo hasta el martes por la noche para determinar si Trevi debe someterse a juicio y si debe seguir en la cárcel, donde cumple prisión preventiva.
“En 72 horas el juez tiene que definir su situación jurídica”, dijo la prensa Teresa Terarzas, la portavoz del juzgado Cuarto en lo Penal de Chihuahua que comanda Talamantes.
La defensa presentó como descargo siete testimonios de distintas personas que podrían ser convocadas a declarar el lunes, entre las que se encuentra la denunciante Karina Yapor.
La defensa contraataca
El abogado de la cantante dijo a la prensa en la tarde del domingo que Trevi es inocente de los tres cargos que se le imputan.
“Estamos en presencia de un error judicial (...) que contrario a las reglas de la lógica jurídica no se analizan los hechos cronológicamente como fueron ocurriendo”, sostuvo el abogado.
“Es decir, si hubo delitos en agravio de la entonces menor Karina Alejandra Yapor Gómez, fueron cometidos por sus padres”, agregó.
El letrado dijo que el lunes mismo presentará una contradenuncia dirigida a los padres de Yapor ante la Procuraduría de Defensa del Menor de Chihuahua por tráfico de menores, propiciar la corrupción e incumplimiento de deberes alimenticios.
El abogado disputa que Andrade y Trevi no raptaron a la menor del hogar, sino que fue entregada al cuidado de ellos por los padres, a cambio de un sueldo y el compromiso de mantener a la joven.
El abogado sostuvo además que no existen pruebas en los testimonios de la denunciante de que Trevi haya participado en la corrupción de la entonces menor ni tampoco en la supuesta violación. “Gloria Trevi debe quedar libre dentro del plazo constitucional”, dijo.
De acuerdo con las leyes mexicanas, en el caso de Trevi sólo el delito de violación es grave, y si no se le declara culpable en el juicio por ese cargo, podría salir libre bajo fianza, aunque sea declarada culpable de los otros dos.
Trevi pasó la noche del sábado esperando su suerte en una celda de dos por tres metros, equipada con lavabo, retrete, una ducha y donde pudo estar con su hijo.
Nochebuena en cautiverio
La Nochebuena marcará el destino de Gloria Trevi. A más tardar el martes 24 a las 21 horas, el Juez Cuarto Penal del estado de Chihuahua, Héctor Talamantes, definirá la situación legal de la intérprete de El Recuento de los Daños.
A su llegada a Chihuahua, Gloria Trevi se negó a declarar verbalmente y decidió presentar su versión de los hechos por escrito, en un total de 58 fojas cuyo contenido reconoció y ratificó en presencia del juez Talamantes.
Asimismo, el abogado que encabeza su defensa, César Fentanes, no solicitó un careo con Karina Yapor ni tampoco la duplicidad del término, que le daba derecho de contar con 116 horas para declarar.
La diligencia donde Trevi presentó su declaración preparatoria comenzó a las 22:30 horas del sábado y tardó poco menos de dos horas; ahí, únicamente accedió a dar sus datos generales e insistió: “Yo estoy con el artículo 20 de la Constitución (Mexicana) y me abstengo de rendir declaración”.
Todo el tiempo, tras la barandilla de fierro y malla de metal blanca, la cantante estuvo acompaña por su hijo, Ángel Gabriel, de 10 meses de edad. Con él en brazos, respondió: “Mi nombre es Gloria de los Ángeles Treviño Ruiz. Nací en Monterrey, Nuevo León, el 15 de enero de 1968. Tengo 34 años de edad. Estudié hasta la preparatoria. Soy cantante, no uso estupefacientes y no padezco ninguna enfermedad”.
Cuando la secretaria del juzgado le preguntó sobre los ingresos que percibe por su profesión, la inculpada se negó a contestar y cuando le solicitaron su domicilio hizo una pausa... “mmm, en este momento no tengo...”
En el juzgado su actitud fue la misma que desde hace tres años cuando fue encarcelada. Todo el tiempo serena, viendo a su abogado, atendiendo a su hijo y mirando a su alrededor.
Por momentos se veía nerviosa, pero como si un anillo que lleva en la mano derecha la ayudara, lo frotaba y volvía a la calma.
En repetidas ocasiones su cabello lo pasaba de un lado a otro.
Cuando Gloria dudaba de alguna respuesta, de inmediato volteaba a ver a su abogado. Nunca perdió la atención de lo que decían el Ministerio Público, la defensa de quien la señala como culpable y del juez que tiene en sus manos su futuro. Ambos estaban de frente. Todo era formal y apegado al Código Penal.