La Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), en su última reunión en Zurich anunció que para los torneos que ella organiza, incluida por supuesto la Copa del Mundo, recurrirá a ternas arbitrales integradas por jueces del mismo país. La medida por supuesto que debe aplaudirse sobre todo si recordamos el desastroso papel que jugó el arbitraje durante el Mundial de Corea-Japón donde el error rayó en el grado de la delincuencia.
Baste echar una mirada a los goles anulados a Italia frente a México; la increíble mano no marcada a favor del Tri en el juego ante Estados Unidos; la artera eliminación de España no a manos de Corea sino en un asalto a silbato armado por el egipcio Gamal Ghandour y sus secuaces.
Durante la eliminatoria para asistir al Mundial se juegan más de doscientos partidos y en todos ellos asisten árbitros de la misma nacionalidad, generalmente los mejores exponentes del arbitraje de ese país, por lo que resulta incongruente e inexplicable que en el macroevento que es el Mundial le toque al juez central un par de asistentes con quienes jamás ha trabajado y en muchas ocasiones ni siquiera el mismo idioma hablan.
Lógicamente esto levantó protestas; en días pasados el inefable Jack Warner quien preside y dirige la Confederación de Futbol con mano dura y trato despótico se mostró contrario a la medida. Esto se entiende pues con el nuevo esquema sólo asistirían a la Copa del Mundo los representantes de los mejores torneos por decir, México, Estados Unidos y quizá Costa Rica.
Esto deja sin representantes y sin poder para designarlos a los países chicos como Trinidad-Tobago, Salvador, Bermudas o cualquier otro integrante de la "perrada".
Ojalá la medida cristalice y FIFA no haga caso a opiniones mediocres y carentes de conocimiento como la que les relaté.
La Copa del Mundo merece mejor arbitraje que el visto en la última edición y eso que estuvo Pierluigi Collina, amo y señor de la mercadotecnia.