El triunfalismo del Presidente de la República en ocasión de la presentación del Programa Nacional Contra las Drogas, es cuestionable.
En ocasión de la presentación del Programa referido por parte del Ejecutivo Federal, acompañado de miembros de su gabinete, el presidente Fox da por hecha la desarticulación de los principales cárteles de la droga.
Es cierto que en la actual administración se ha dado una lucha sin precedente en contra del narcotráfico, como lo testimonia la aprehensión y encarcelamiento de quince mil personas, incluidos cuarenta capos considerados relevantes y dos generales del Ejército Nacional, que fueron encontrados culpables de proteger algunas organizaciones criminales.
Sin embargo no puede darse por hecha la desarticulación festinada y en todo caso, preocupan las declaraciones hechas días atrás por el procurador Rafael Macedo de la Concha, en el sentido de que al caer los grandes cárteles, el narcotráfico ha pasado a operar por células, lo que implica que la ilícita actividad no ha desaparecido sino que en todo caso, se ha pulverizado.
Lo anterior quiere decir que en adelante, los grandes mayoristas del narcotráfico no tendrán vinculación orgánica con los intermediarios regionales y distribuidores al menudeo, que operarán en forma autónoma y con sus propios recursos, bajo su propio riesgo, en una zona determinada. Lo anterior es grave, porque es de esperar que surja un número indeterminado de pequeños capos locales, cuyos límites de actuación y alcances no serán fácilmente perceptibles.
Paralela a esta revelación, el Presidente anuncia reformas legales que implicarían la dotación de facultades a la Policía Preventiva de los municipios, para intervenir en el combate al narcotráfico para responder a esa forma difusa de operar por parte del narcotráfico en los nuevos tiempos. La propuesta requiere ser concretada, pues no se concibe que nuestras actuales policías municipales puedan con un paquete semejante.
En otras palabras, en adelante la lucha contra el narcotráfico en cada población grande o pequeña, desciende a nivel de la calle en cada familia, escuela, fuente de trabajo o centro de recreación, con el riesgo que implica para el tejido social en el que se encuentra arraigada tanto la actividad de producción, distribución y venta de estupefacientes, como el consumo de los mismos entre individuos de los diversos estratos.
A ello obedece que en el nuevo enfoque de la lucha contra el narcotráfico, el presidente Fox haya convocado a “una gran coalición de ciudadanas y ciudadanos para que cada quién, desde su trinchera, asegure el cumplimiento de este programa”.
Como se ve, aún dando por hecha la desarticulación de los grandes cárteles, no se avizora el fin de la actividad ilícita y en cambio, se hace necesario enfrentar el problema del narco a la luz de nuevos planes de combate cuyo contenido, instrumentación y posibilidades de éxito están por verse.
Por muy digna de apoyo que sea la estrategia en cuestión, llega tarde, después de por lo menos cuarenta años de intensa proliferación del narco en nuestra sociedad, a niveles de profundidad que afectan tanto la cultura como la conducta de sus integrantes.
De los planes concretos que propone el Ejecutivo se sabe poco. El Presidente anuncia que la estrategia estará basada en la prevención, lo que implica fortalecer la educación, la formación de valores y la integración familiar, planteamientos que por ser obvios se antojan de muy largo plazo.
Los inconvenientes señalados con antelación, no implican un reproche al reciente proceder de nuestras autoridades en su lucha contra el narcotráfico ni menosprecian los éxitos obtenidos. Sería indebido que para no provocar el fenómeno de atomización de referencia, nuestras autoridades hubieran mantenido el contubernio histórico con los grandes cárteles.
Sin embargo, la situación actual tampoco justifica el excesivo optimismo que expresa el lenguaje presidencial y en cambio, obliga a definir cuál es la propuesta concreta del régimen foxista, respecto de la posición de cada integrante de la sociedad y del gobierno en la nueva lucha contra el narco y enseguida, poner manos a la obra.