Desde hace aproximadamente poco más de quince días, se ha observado de nuevo en nuestro país un ambiente financiero invadido por las turbulencias ocasionadas por factores tanto externos como internos.
Antes de comentar los efectos o las fuerzas de dichos factores, quisiera enfatizar primero que las finanzas de países emergentes como el nuestro son cada vez más vulnerables o sensibles respecto de lo que ocurre en el mundo financiero, económico y político globalizado.
En realidad es difícil, más bien, muy difícil el que se eviten los ?contagios? de otros lados como ahora es en este caso la debilidad de la economía de EUA que todavía no tiene signos de una franca recuperación, aunque si de haber salido de la recesión; los últimos resultados de ventas y utilidades de empresas norteamericanas importantes; la situación política electoral de Brasil que le ha hecho mucho ruido a los mercados el hecho de haber tomado fuerza en las encuestas el candidato Lula da Silva para ganar la presidencia de aquel país el próximo mes ( que es de izquierda y que a los mercados no le gusta por sus declaraciones); y la situación de un posible ataque de EUA a Iraq.
Todo lo anterior básicamente genera un ambiente global de incertidumbre, lo cual es el enemigo numero uno de las tomas de decisiones en las inversiones financieras y en el ambiente de los negocios. Y si a esto le aunamos en lo interno la imperante situación del escándalo del famoso Pemexgate, pues ya sabrá el impacto negativo coyuntural que están sufriendo las variables financieras de nuestro país.
Sin embargo, no hay que olvidar que el país sigue sólido en sus fundamentos, en sus variables macro, en sus estructuras productivas pese a todo, y pese al efecto recesivo internacional que nos contaminó el año pasado y que se espera se revierta favorable la situación al final de este mismo año o a principios del siguiente.
Cuando existe un ambiente de incertidumbre y desconfianza lo más grave es que se toman decisiones irracionales o desesperadas por lo que se tiene que tener mucho cuidado, ya que muchas veces los efectos son pasajeros y en corto tiempo que pasen las turbulencias las variables financieras se regresan, si no a como estaban cuando menos se estabilizan. En este sentido, más vale ?aguantar? y tener paciencia que tomar perdidas o dejar de ganar en la perspectiva.
Considero importante que ante la situación inestable prevaleciente, el país en su conjunto y los inversionistas en particular deben de aprovechar las oportunidades, pues por un lado, refiriéndome al país por ejemplo Congreso y Ejecutivo deben de tener acuerdos concretos para ver por México y su progreso, sacando a la luz las tan urgentes reformas estructurales que compensaría de manera contundente los efectos negativos actuales y por venir ante cualquier embate.
Además, el Ejecutivo y su gente, ante el sonado caso de Pemex tienen la gran oportunidad de aplicar la autoridad ( no el autoritarismo ) y la ley para atacar la impunidad y la corrupción, lo cual a mi gusto y de muchos, de tener éxito infiltraría un cúmulo de confianza al sistema y a los mexicanos; ya esta bien que impere la injusticia y el poderío de unos cuantos que se ha visto tienen la capacidad de hacer efectos desastrosos en nuestra economía.
Por otro lado, los inversionistas pueden aprovechar la coyuntura comprando por ejemplo precios de acciones que en términos de valuación están baratos, pues si los ven con un objetivo de mediano o largo plazo pueden adquirir en el tiempo rendimientos de sus inversiones por demás atractivos. Por su parte, hay quienes compran dólares por miedo o por especular, aquí habría que tener cuidado pues la divisa no ha sido un buen negocio en los últimos siete años, aunque para muchos el dólar había estado subvaluado o el peso sobrevaluado aprovecharon la situación para comprar dólares y aquel que compró hace un mes o más a 9.20 y vendió el jueves pasado a 10.40, especuló bien y obtuvo un buen rendimiento, pero el que compró por miedo y se llevó su inversión a dólares puede tener en el tiempo importantes costos de oportunidad. A no ser que le apuesten a la huelga de Pemex, que a mi parecer es difícil que se de por sus desastrosas implicaciones. Por otra parte, cabe también decir que cada vez hay un numero más grande de inversores en sociedades de inversión de renta fija o con instrumentos de deuda, los cuales en su mayoría no han salido a vender, pues si traen papeles con altos rendimientos en el largo plazo algún día ( sobretodo cuando merme la volatilidad de tasas de interés ) se van a ver muy beneficiados en sus rendimientos, por lo que aquellos que venden este tipo de títulos, podrían caer en costos de oportunidad altos o tomar algunos casos perdidas. No es pues en los fondos de inversión la mejor alternativa salir a vender. Históricamente está demostrado que así es. En fin en tiempos de turbulencia financiera de debe de tener la prudencia, la calma, el temple, la paciencia evitando decisiones irracionales que en el tiempo diluye la optimización de rendimientos. Los efectos pasan, y el país, su gente, sus instituciones y sus inversionistas ahí siguen aguantando como lo han hecho con otro tipo de efectos que pasan y que ojalá éstos que se comentaron aquí pasen rápido. Lo que sí a lo que ya no hay que aguantar es a los pillos vestidos ?con piel de oveja? y protegidos por un sistema ?podrido? que ya no tiene viabilidad. Que se unan los poderes entonces por México y para México.
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