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MADRID, ESPAÑA.- El presidente de la FIFA, Sepp Blatter, admitió ayer que el 2002 ha sido "un año de trastornos" para la organización mundial del futbol, pero que llega a su final con nota alta.
"A pesar de toda la agitación y la mala política deportiva durante los primeros seis meses del año, el 2002 acaba con una sensación de satisfacción y felicidad", dijo Blatter en conferencia de prensa en Madrid tras el último encuentro del comité ejecutivo en el año presente.
"Los principales 15 patrocinadores ya han estampado su firma para la Copa del Mundo 2006, cuando todavía faltan más de tres años y el ?producto? futbolístico es todavía un buen producto", afirmó.
"A pesar de toda la agitación en la FIFA, el futbol ha mantenido su calidad y valor. El mundo financiero confía en el futbol como antes, confían en Alemania, organizadora de la Copa del Mundo y confían en la FIFA", señaló Blatter.
"Tras la decisión del tribunal de Zurich de retirar los cargos contra mí, la calma vuelve a reinar. Podemos trabajar otra vez por el bien del futbol", agregó.
La mayor crisis
Este año ha visto cómo la FIFA encaraba su peor crisis política de los 98 años de su historia.
En mayo, 11 miembros del comité ejecutivo de la FIFA y el entonces secretario general Michel Zen-Ruffinen presentaron cargos ante la fiscalía de Zurich sosteniendo que Blatter supuestamente había hecho mal manejo de las finanzas de la FIFA y que la organización tenía deudas masivas.
Se estableció un comité auditor interno para examinar las finanzas de la FIFA pero sus trabajos fueron abruptamente interrumpidos bajo instrucciones de Blatter cuando estimó que su integridad estaba siendo socavada por la fuga de documentos.
Entonces, Blatter convocó a un congreso extraordinario sobre las finanzas de la FIFA, en vísperas de su reelección a la presidencia de la organización y de la celebración de la Copa del Mundo de Corea del Sur y Japón.
A pesar de una tormenta de protestas en el congreso financiero, Blatter fue reelegido presidente con una creciente mayoría sobre su único rival, el camerunés Issa Hayatou.
Blatter despidió a Zen-Ruffinen de su puesto de secretario general y, con una mayoría de sus propios seguidores en el comité ejecutivo de la FIFA, superó la tormenta.
Sin embargo, llegarían nuevos trastornos importantes. Semanas después de la Copa del Mundo cierto número de sus principales funcionarios, incluido el director de comunicaciones Keith Cooper perdieron sus cargos y un nuevo secretario general fue nombrado: Urs Linsi.
Cifras financieras
El miércoles, Blatter dijo que las finanzas de la FIFA estaban mucho mejor de lo que se había denunciado en la primavera.
"Hubo gente que dijo que estábamos quebrados y que deberíamos detener nuestras actividades. Pero al final del año, bajo el nuevo sistema contable, estaremos brevemente en números rojos del orden de alrededor de 17 millones de francos suizos, pero tenemos ahora un valor líquido de 100 millones de francos suizos", sostuvo.
Mirando al futuro, Blatter dijo que la rotación de la Copa del Mundo comenzaría en África en el 2010 y que tres países (Sudáfrica, Marruecos y Libia) ya han presentado sus solicitudes iniciales para ser sede del torneo.
La fecha tope para que las naciones muestren su interés es la del 31 de diciembre, recordó Blatter.
Dijo también que el nuevo reparto de plazas para la Copa del Mundo 2006 arregló algunas anormalidades en el sistema de clasificación.
"Es justo que Oceanía tenga una plaza directa y que la Concacaf tenga ahora una media plaza extra", dijo.
"La Copa del Mundo comprobó que ya no hay grandes diferencias entre equipos y con la plaza que aporta Sudamérica hay ahora un mayor equilibrio en la competición clasificatoria", agregó.
Entre una serie de nuevas iniciativas dijo que se llevaría a cabo un experimento en marzo y abril en el Mundial Juvenil en los Emiratos Árabes Unidos al agregar dos jueces de línea, tras la línea de gol, para ayudar al árbitro en posibles jugadas de penal y un mayor control de lo que pase en la línea de gol.
Blatter descartó otra vez el uso de tecnología de video para ayudar en decisiones controvertidas, diciendo: "El futbol es un deporte de emociones y pasión humanas. No se puede perder su lado humano".