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Un antiguo juego se convierte en ayuda para la educación

Por TIM REDMAN

Hace treinta años, por estas fechas, Bobby Fischer derrotó a Boris Spassky y se convirtió en el campeón mundial de ajedrez. El partido atrajo la atención internacional cuando el joven de Brooklyn casi sin ayuda acabó con la hegemonía de la Unión Soviética en el ajedrez, posterior a la Segunda Guerra Mundial. Al tener lugar en el punto álgido de las tensiones de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, la victoria de Estados Unidos inició un interés sin precedentes en el país respecto al ajedrez. La afiliación a la Federación de Ajedrez de Estados Unidos aumentó a más del doble. Pero cuando Bobby se rehusó a defender su título, el auge de Fischer se convirtió en la caída de Fischer, y el ajedrez se rezagó en este país.

Treinta años después, Estados Unidos está experimentando otro auge del ajedrez. Pero en lugar de ser el resultado de un solo campeón que juegue un partido internacional, la causa del auge son decenas de miles de campeones individuales que juegan partidos en salones de clase y después de la escuela, en todo el país. El total de miembros de la Federación de Ajedrez de Estados Unidos es 50% más elevado en la actualidad que en el auge de la era de Fischer. Y la categoría mayor de miembros en la federación no es la de adultos sino de niños de menos de 14 años de edad. ¿Por qué el aumento de interés?

Padres, maestros y administradores se están dando cuenta que el ajedrez hace que los niños sean capaces. En particular en los grandes distritos urbanos, los educadores están notando que después de aprender ajedrez, aumentan las habilidades de los niños para la lectura y las matemáticas. El ajedrez eleva la autoestima, la habilidad para concentrarse y la conciencia de que las decisiones tienen consecuencias. Pero nunca le decimos eso a los niños. Para ellos, el ajedrez es divertido. Para nosotros, el ajedrez es un tipo de educación furtiva.

El ajedrez también es muy bueno para hacer todo más igualitario. Raza, ventajas o desventajas culturales, antecedentes sociales, invalidez... nada de esto tiene importancia para el juego del ajedrez. Son sólo usted y su oponente, ganar procede del carácter y el poder mental. El tablero es el máximo nivel de campo de juego, y también actúa para igualar el nivel social. El ajedrez enseña el espíritu deportivo. La costumbre general en la actualidad de los torneos de ajedrez de Estados Unidos de dar la mano al oponente antes de empezar el juego empezó en torneos escolares y se extendió a los eventos de adultos.

Muchas de las escuelas o padres con amplios recursos se pueden permitir tener maestros o entrenadores de ajedrez para los niños. El reto es hacer que la instrucción del ajedrez esté disponible para los menos ricos. La asociación de Ajedrez del Área de Dallas en las Escuelas, bajo la dirección de John Jacobs, ha trabajado constantemente para llevar el ajedrez a más de 5,000 niños de las escuelas públicas de Dallas durante los últimos 10 años. Pero al grupo aún le hace falta la base filantrópica. En contraste, la asociación original, Ajedrez en las Escuelas de Nueva York, tuvo un presupuesto de cerca de 4 millones de dólares el año pasado y enseña a decenas de miles de niños de colonias pobres.

Sin embargo, existen señales alentadoras. Dos escuelas públicas de Dallas añadieron ajedrez a sus actividades dentro y después de clases el año pasado. Con el apoyo de la Fundación para Conferir Autoridad a la Comunidad y de Dallas Inner-City Games, dos miembros del equipo campeón de ajedrez de la Universidad de Texas en Dallas enseñaron ajedrez por nueve horas a la semana a estudiantes de quinto y sexto grado de la Escuela Elemental Charles Rice y al Centro de Aprendizaje Daniel "Chappie" James, ambas escuelas localizadas cerca de Fair Park. La respuesta abrumadoramente positiva de estudiantes, maestros y directores (por no mencionar los trofeos y medallas que se ganaron en la competencia de toda la ciudad) ha causado que se aumente el programa este año.

El juego del ajedrez ofrece una forma de bajo costo para ayudar a los niños a darse cuenta de su potencial intelectual. Los estudios preliminares muestran que aumenta la calificación en pruebas de aptitud. Jugar ajedrez es de especial beneficio intelectual para niños de tres a seis años de edad. No se tiene que dominar el juego para lograr sus beneficios intelectuales. No se necesita ser un grupo talentoso o dotado para aprender ajedrez... cualquier persona con inteligencia promedio puede aprender a jugar. De hecho, se ha empleado el ajedrez en ciudades como Chicago y San Antonio para ayudar a estudiantes con problemas.

Tim Redman, expresidente de la Federación de Ajedrez de Estados Unidos, es profesor de estudios literarios y director del programa de ajedrez de la Universidad de Texas en Dallas.

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