Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

Un protagonista de la ruptura periodística

ESPECIAL.- Entró al periodismo en un momento de ruptura en el que considera ?todo cambió para bien, tanto en forma como en contenido?. Fernando de Ita se mira hoy como alguien que prefiere el enclaustramiento para escribir y como un entrevistador de corazón cuya búsqueda de los grandes elefantes del siglo XX, se inició más con una expectativa existencial que periodística.

No está en contra de la conferencia de prensa como sistema de difusión, pero cree que en la actualidad las entrevistas con grandes personajes se logran sólo en serie, cuando hay algo que vender; cuando ese mercantilismo fundido con la creación artística lo permite.

?Fui afortunado, estuve en el ocaso de un siglo y al mismo tiempo en un modelo cultural que aún conservaba sus resplandores. Las cosas han cambiado mucho, hoy lo mismo da vender la imagen de un político que la de un intelectual ganador del premio Nobel. A mí me tocó todavía la época cuando se podía realizar la entrevista solitaria a personajes que no tenían la necesidad de sacar nada al mercado y que además eran figuras tutelares de la cultura de su tiempo?.

Tenneese Williams, Orson Welles, Joan Miró, Samuel Becket, Henry Miller y Andrsej Wajda, son algunos de esos grandes elefantes que De Ita se dio a la tarea de cazar desde su juventud. Una aventura que en su opinión ?se iniciaba con la lectura de las obras, se materializaba con el viaje de mochila al hombro y al final aguardaba siempre por el posible descubrimiento?.

Telón de Fondo, libro publicado a principios del año 2000 por la Colección Periodismo Cultural, de la Dirección General de Comunicación Social del Conaculta, es hoy difundido nuevamente junto con otros 35 títulos que dan testimonio del trabajo de los reporteros, columnistas, críticos, editores e investigadores que han construido su propia historia en las secciones culturales de los diarios.

En el libro, de Ita sigue como único criterio la puesta en escena dentro de la entrevista con personajes como Arthur Miller, Norman Mailer, Darío Fo, Jerzy Grotowsky, Tom Woolfe, Jean Duvignaud, Heiner Müller, Mario Vargas Llosa y Saul Bellow, entre muchos otros.

?He vivido la experiencia de acudir al encuentro de un personaje como quien sube a la montaña en espera de la revelación. Hoy la pasión por la entrevista está por debajo de la cultura establecida. Como entrevistador me daría una güeva infinita moverme únicamente en este círculo, sin embargo, cuando he tenido que hacerlo, trato de buscar el otro lado del tedio. Creo que siempre debe existir el deseo y la inquietud por abordar en la entrevista algo diferente, no por la singularidad misma que no agrega nada al acto de la creación, sino por sacar algo de ese cúmulo de lugares comunes y de globalización cultural?.

Recuerda esos años cuando escribía en la soledad de los cafés, sintiéndose uno de los ?eternos escritores sin libro?, de esos que llenan la página en blanco con mucha mitomanía y tienen todo el tiempo del mundo para redactar en soledad. Concuerda con Hemingway cuando dijo que el periodismo enriquece con disciplina el trabajo literario; en este sentido, su paso por las redacciones aportó lo que él describe como una ?enseñanza mortal? donde el ejercicio de la escritura lo obligaba a redactar bien y rápido, antes del cierre. ?Es muy duro ese aprendizaje, pero es definitivo, porque una vez que logras escribir una nota en una hora, puedes hacer muchas cosas?.

A estas alturas todavía le gana la nostalgia cuando recuerda esas ?grandes regadas periodísticas de su vida?, momentos en los que su conciencia social de juventud prefirió cuestionar sobre la política del presidente Nixon a un casi extinto Tennesse Williams, o cuando el cansancio del viaje le impidió coincidir con el ánimo de un enfermo Heiner Müller.

También se entristece cuando recuerda a Lawrence Durrel, el autor de El Cuarteto de Alejandría y el gran ausente de sus entrevistas; alguien que lo inspiró a embarcarse, que lo llevó a viajar al Oriente para buscarlo por varias ciudades. Al final logró contactarlo pero Durrel murió tres días antes de su cita. De Ita recuerda que se vio entonces devastado y sin dinero, pero afortunadamente Santo, el enmascarado de plata mexicano, lo salvó y le infundió ánimo durante una función subtitulada en un cine de Egipto.

Fernando de Ita admite que esta simpatía por los escritores de la Generación perdida, responde a ese afán de transgresión cultivado desde sus años de adolescencia cuando los libros de Nietzche se encontraban en la cabecera de su cama y todo representaba una búsqueda por ese lado marginal y contestatario. Sin embargo está convencido que no se puede ser rebelde toda la vida porque llega un momento en que el elemento crítico se debe practicar con la propia marginación.

?Este canon de rebeldía se determina cuando ya eres todo aquello contra lo que luchaste a los veinte años de edad. No se puede estar todo el tiempo siguiendo ese sentido de rebeldía porque a la larga lo único que ésta crea son fósiles?.

Considera que Telón de fondo, muestra cómo el periodismo y el teatro han recorrido caminos paralelos en su vida desde finales de los años 70; dos tareas simultáneas que hasta hoy mantienen una retroalimentación igual que el consciente y subconsciente de la mente, sin embargo él mismo no se aventura a definir cual vertiente sigue a la otra.

?El periodismo me ayudó a entrar a las entrañas del teatro, a conocer a los grandes creadores de la dramaturgia y al mismo tiempo, el teatro ayudó a que mi sentido de la entrevista fuera más dramático. Con cada personaje he buscado un poco la puesta en escena, crear una atmósfera, un ambiente de regocijo, de emotividad, a veces con un poco de vino que ayude a la relajación. En el teatro aprendí a investigar, a escuchar al otro, una tarea que en ese medio no se da mucho, y es una lástima, porque el trabajo se enriquece con una gran variedad de puntos de vista?.

Con el tiempo, su opinión sobre el verdadero sentido de la entrevista ha inspirado su comprensión por esos grandes personajes de la cultura que han sido interrogados durante gran parte de su vida y se encuentran hartos de los reporteros. Por ello respeta a figuras como Gabriel García Márquez que no desean saber nada más sobre entrevistas porque las han concedido en todas sus formas. ?Es precisamente con esas personas que el reportero debe tratar de revelar algo inédito que le interese al lector y a él mismo?.

Hoy en día, de Ita se inclina más por las entrevistas a creadores desconocidos; dice estar ahora en una búsqueda de la cultura que se desarrolla en los márgenes y conserva el lenguaje intacto que le interesa descifrar. ?Hay personas ahí que tienen mucho que decir y habitan el mundo de la cultura del sótano. Ojalá se conserven así por un tiempo, porque cuando uno de ellos es difundido en el medio adecuado, pasan al otro lado, al de la cultura establecida?.

Ante la interrogante de ¿cómo le gustaría ser recordado? de inmediato recuerda cuando en una cantina de Alemania preguntó lo mismo al dramaturgo Heiner Müller y este le respondió: ?como un fumador de habanos y bebedor de whisky?. En su caso, reflexiona un instante y concluye: ?como un reportero que alcanzó a hacer literatura con el periodismo y como un escritor que alcanzó a hacer periodismo con la literatura?.

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 11350

elsiglo.mx