Moscas, aguas negras, carne al aire libre y basura son normales en pasillos del “José Ramón Valdez” en Gómez
GÓMEZ PALACIO.- El zumbido de las moscas parece no importarles a las amas de casa. Los insectos lo mismo van a la sangre que a la carne de las vacas colgadas con carruchas sobre los pasillos. Tampoco les molestan los pequeños charcos de aguas negras ni la basura amontonada bajo los huecos de los puestos. En el mercado José Ramón Valdez, la insalubridad es algo normal y cotidiano.
A diario cientos de personas acuden al mercado José Ramón Valdez a surtir su despensa. Los fines de semana las ventas se incrementan considerablemente, pues desde los ranchos llegan a la ciudad a comprar el mandado.
Pero con el incremento de consumidores también crecen los problemas: los congestionamientos viales están al por mayor en las calles adyacentes al mercado, los contenedores resultan insuficientes para evitar que la basura se desparrame sobre el pavimento, mientras los perros husmean entre los desechos.
Los agentes de tránsito parecen no observar cómo los choferes de camiones del transporte público urbano y rural, convierten las calles del mercado en un caos vial: se estacionan en doble fila, le cierran el paso a otros conductores, suben y bajan pasaje en lugares prohibidos, pero nadie los infracciona.
Los taxistas no se quedan atrás, al igual que los choferes, manejan como se les viene en gana con el único fin de ganar el pasaje, mientras tanto los comerciantes contribuyen al desorden colocando la mercancía en las banquetas y permiten a los camiones repartidores estacionarse en doble fila para descargar los productos.
En el interior del mercado el caos es similar: los comerciantes invaden los pasillos con sus productos, avientan la basura en los huecos de los puestos, además en pocas ocasiones tienen la precaución de evitar que el agua se estanque en los hoyancos del piso.
Doña Inés la piensa dos veces antes de contestar, lleva muchos años vendiendo sus productos en el mercado José Ramón Valdez: “no todos somos sucios, el problema es que los fines de semana viene mucha gente y no nos da tiempo de despachar y limpiar al mismo tiempo”.
A decir de doña Inés los comerciantes siempre tratan de mantener sus puestos limpios, pero hay quienes se niegan a hacerlo aunque den una mala imagen al mercado: “por unos la llevamos todos, pero ni modo de obligarlos a barrer”.
Por su parte, la señora Rosa Ramírez dice que le gusta comprar en el mercado porque siempre se consiguen buenos precios: “los tiempos no están para comprar en lugares caros, pero sí es verdad que el mercado está muy sucio, le hacen falta más cuidados”.
Doña Inés sigue defendiéndose: “estos puestos son nuestra fuente de trabajo, muchos llevamos años aquí y hemos mantenido a nuestras familias, hemos cooperado con todas las decisiones del Municipio y por unos cuantos no la podemos llevar todos”.
La insalubridad
*Los comerciantes acostumbran depositar la basura en un contenedor ubicado en las afueras del mercado, pero éste resulta insuficiente sobre todo los fines de semana.
*Al lavar la mercancía o productos, los comerciantes no toman le precaución de barrer para evitar que se convierta en aguas negras
*Además invaden los pasillos con mercancía provocando un desorden e impiden a los consumidores caminar libremente