MATAMOROS, COAH.- Salir de viaje a Torreón en el autobús directo de la línea Camiones Rojos de La Laguna, con número económico 28, es sufrir lo que dura la odisea que tienen que padecer los pasajeros, por la "manera'' en que maneja el conductor.
La forma de tratar a los pasajeros y conducir la unidad en pésimas condiciones, la cual además de todo, es un modelo antiguo y va como chimenea tirando humo, hace suponer que con esa fuerza, jalones y acelerones, se va a desbaratar.
En el horario de salida aproximadamente las 13:30 horas, que es cuando el camión va más lleno, porque mucha gente se desplaza a Torreón, sea por trabajo o ser estudiante, al subir el pasajero al camión, se arranca el conductor con tanta fuerza, que la unidad hasta se va de lado.
Con respecto al pasajero, cabe mencionar que se queda en la escalera, a punto de caerse, luego que no alcanza a subirse como debería ser.
Así le sucedió a una señora que abordó el camión, con dos niños, un niño lo llevaba en brazos y una niña de cinco o seis años caminando, afortunadamente la mujer logró sujetarse muy bien y no se fue de espaldas para salirse por la puerta.
Por el bulevar Torreón-Matamoros, la unidad número 28 de los Camiones Rojos de La Laguna, saltaba de un carril a otro, como un "chapulín'', lo que definitivamente hacía saltar a todos los pasajeros adentro de la unidad, éstos se asustaron pero nadie dice nada.
Los pasajeros tienen miedo
Los pasajeros no se quejan ni en el momento en que suceden las cosas ni después, considerando que los conductores de los camiones se enojan muchísimo y posteriormente como "se conocen'', no los quieren llevar, o toman represalias en contra de la gente que se queje, lo que definitivamente asusta a todos los usuarios.
Siguiendo el recorrido, al llegar a la gasolinera de los límites de Matamoros y Torreón, por el bulevar Torreón-Matamoros, el conductor del camión se estacionó a poner combustible, cuando cabe mencionar que está prohibido por las autoridades del Autotransporte poner diesel o combustible con el pasaje y con el motor encendido.
Por lo que quince o veinte minutos, lo que se lleva de tiempo el camión rojo, por el bulevar Matamoros y posteriormente en hacer ruta por el bulevar Revolución de Torreón, los pasajeros, tienen que padecer y sufrir lo indecible, luego que resulta imposible narrar exactamente la realidad, de lo que está haciendo el conductor de la mencionada unidad motora.
No todos los choferes son iguales
Cabe mencionar que no son igual todos los conductores de camiones rojos, luego que en su mayoría se les puede apreciar que tratan de hacer su trabajo lo mejor que pueden, ayudan a los niños a subir a la unidad y se esperan en cuestión de segundos que las personas suban y se sienten en los asientos del camión.