Si usted, querido lector, nació en el año 1931, va a presumir ante sus nietos de muchos acontecimientos que tuvieron lugar ese mismo año. Claro que se trata de meras coincidencias, sin mérito propio para usted y sus coetáneos, pero al menos no mentirá al decirles que mientras usted recibía su primera nalgada y pegaba el primer chillido, la fábrica de llantas Goodyear producía el primer dirigible rígido que se hizo en el mundo. O que Al Capone, el famoso capo de la mafia italiana en Estados Unidos fue condenado en esos días a purgar una pena de once años de prisión por evasión fiscal; también podría presumir que en el año 31 del siglo XX hubo 4 millones de desempleados en Estados Unidos. Y quizás, si les muestra una foto del rascacielos neoyorkino conocido como Empire State, les dirá orgulloso: “Lo pusieron en servicio el mismo año en que yo nací”.
Por esas fechas, también, moriría el coach de futbol americano Kunte Rockne al estrellarse su avión, Thomas Edison se marchó con Diosito al rebasar los 84 años y los campos agrícolas en los estados de Iowa, Nebraska y Sur Dakota fueron arrasados por hordas de saltamontes.
Pero usted, asombrado lector, qué carajos iba a saber de todo eso, si apenas empezaba a berrear en la cuna para pedir su tetera. Y sin embargo, hubo sucesos mundiales en el mundo de las películas, como la entrega de los premios de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas que son dignos de mencionar. “Cimarrón” ganó en ese año el premio a la mejor película, mientras que Lionel Barrymore obtuvo el Oscar de primer actor por la cinta “Espíritu Libre” y Marie Dressler fue distinguida por la mejor actuación femenina en “Yo y Bill” Las mejores canciones de aquel año fueron “As times goes by” (¿Recuerda la frase “Play again, Sam” pronunciada por Humphrey Bogart en la cinta Casablanca?) “I Surrender, dear”, más “Love letters in the sand” luego “Shadrack” y la inolvidable “Bailando en la oscuridad” que acá ejecutaba magistralmente la orquesta de Lorenzo Hernández.
Quizás usted lector, o ustedes lectores, sean también aficionados a los deportes. ¿Si? Pues entonces les interesará saber que en 1931, el año de su nacimiento, las principales actividades deportivas de Estados Unidos terminaron así: La copa Stanley de Hockey fue ganada por los “Canadienses de Montreal”. En la carrera automovilística de Indianápolis 500 triunfó Louis Schneider al desbocar su automóvil a 96 millas 629 metros por hora. En el Derby de Kentucky ganó el caballo Twenty Grand con C. Kurtsinger a la rienda. El Abierto de Golf fue obtenido por William Burke, el maratón de Boston se lo llevó James Henigan al correr durante dos horas, 46 minutos y 45 segundos, mientras que la serie mundial de beisbol la victoria fue para los Cardenales de San Luis de la Liga Nacional, los mismos que por poco repetían en la reciente temporada 2002. En la NFL (futbol americano) los campeones fueron los Empacadores de Green Bay. Y finalmente, en el boxeo de peso completo, el alemán Max Schmeling ganó por nockout a Young Stribling, de Estados Unidos.
¿Tenía automóvil su papá, querido lector, venido a esta tierra pecadora en el año 1931?.. ¿No?... ¡Pero cómo si costaban apenas $ 965.00 US dlls! Sólo que debía recogerlo en la fábrica. Se trataba del modelo “De Soto Eigth” producido por la Chrysler Motors, en Detroit, Michigan. Esta marca, salida al mundo el mismo año que usted, correspondía a un carro de motor con buenas cualidades de suavidad y flexibilidad, 77 caballos de fuerza y motor diseñado para ir más allá de sus deseos. Tenía excelentes condiciones de comodidad interior, frenos hidráulicos, volante suave y seguridad máxima. Estaba protegido contra descargas eléctricas y la suspensión aseguraba una conducción de calidad. Era, lo que podía llamarse en aquellos años, un automóvil bello y lujoso. El diseño de sonido y sus materiales superiores producían economía de operación y mantenimiento. Todo él era ofrecido al más bajo precio, apenas 965 dólares. ¿Ya vio usted lo que cuestan ahora los automóviles?
En 1931, mientras usted jugaba con los primeros sonidos vocales (da-da, gu-gu, guaaaaa, grl,grl, y otros ininteligibles) el presidente de Estados Unidos era Herbert Hoover y Charles Curtis el Vicepresidente. Ese año se inventó el alka seltzer para los crudos y los dispépticos, así como el microscopio electrónico, para los curiosos y los científicos. La expectativa de vida era de 59 años 7 meses. El ingreso per cápita anual de $ 1,858.00 US. dlls. Un carro nuevo, pero modesto, costaba 640 dólares, mientras que una casa recién hecha se podía adquirir por 6 mil 796 dólares. Una rebanada de pan valía 8 centavos americanos, un galón de gasolina 10 centavos, un galón de leche 50 centavos, la onza de oro costaba 20 dólares con 67 centavos, y la de plata 38 centavos, mientras que el índice económico Dow Jones se movía arriba y abajo de 138 puntos.
Sólo como un dato cultural: en 1931 nació también este comentarista que lo fastidia tres veces por semana en su periódico preferido. (Prohibido lanzar tomatazos)...