Los Ángeles, E.U.- Fue alguna vez una de las estrellas más populares de Hollywood. Sus patadas voladoras, su musculoso y definido cuerpo y sobre todo su agilidad, hicieron de Jean Claude Van Damme uno de los héroes más solicitados para las películas de acción.
Eso fue ayer. Hoy, aunque en sus filmes Van Damme sigue fustigando a los villanos, en la vida real, luego de Universal Soldier: The Return —su última película, hecha hace más de tres años— no ha logrado que uno solo de sus nuevos filmes se convierta en un éxito taquillero.
De hecho, su más reciente película, Derailed, no logró estrenarse en los cines y fue lanzada en versión DVD hace algunos días.
El actor de origen belga, quien a sus 42 años de edad conserva un físico bien delineado, admite que sí le molesta que sus cintas vayan directo a video, pero afirma que eso tampoco le quita el sueño.
En un momento de descanso en un mediodía otoñal y gris en su apartamento que da a la playa, Van Damme luce unos shorts negros gastados, un suéter de golf rojo y lleva puestas una sandalias de dormir negras y unos calcetines del mismo color: es la viva imagen del hombre hogareño.
Las paredes se hallan decoradas con cartulinas enmarcadas de sus filmes; encima de la chimenea descansa una escopeta del siglo XVIII.
En ausencia de su esposa, Gladys, y de sus tres hijos, quienes “han salido a hacer deporte”, Van Damme se ha quedado en compañía de una trabajadora doméstica y sus tres perros, todos ellos canes callejeros que rescató en distintos lugares: uno en un desierto durante el rodaje de Desert Heat, otro en una calle de Los Ángeles, y el último en Bulgaria durante la filmación de su más reciente película, Sparka.
Van Damme dice que más que sus películas no sean exhibidas en los cines, le duele no haber dado lo mejor de sí por muchos años.
Las drogas y un matrimonio y divorcio dignos de una pesadilla lo llevaron a excesos que por poco le cuestan la vida.
“He vivido como tres vidas. Comencé joven. Lo que me mantuvo vivo fueron mis seguidores”, dice Van Damme. “Tengo que darles muchas gracias, pues no les respondí como es debido. Perdónenme. Cometí un gran error. Ahora me tomo mucho tiempo antes de entrar en un proyecto. Antes los hacía como si fueran hotcakes”.
Desde Bloodsport, su primer filme estelar en 1987, Van Damme se perfilaba como uno de los actores más taquilleros. Su película Timecop recaudó más de 150 millones de dólares en 1995.
Sus males comenzaron hacia 1993, cuando se divorció de Gladys Portugués, su tercera esposa. En aquel entonces se había liado con Darcy La Pier, una modelo que era la mujer del dueño de una conocida empresa de lociones bronceadoras.
Según Van Damme, fue durante su relación con La Pier —quien se convirtió luego en su cuarta esposa— cuando se hizo adicto a la cocaína, pues su núcleo de conocidos le aseguraba que con la ayuda de la droga haría proezas sexuales. Lo que consiguió fue hacerse “un maniático depresivo que rendía muy poco en los filmes y menos en la vida personal”.
El actor cuenta que en esa etapa despilfarró dinero a rabiar y que “todo empeoraba” en su vida.
A finales de los 90, en una de sus tres demandas de divorcio (las cuales tuvieron lugar en 1994, 1996 y 1998. “Estábamos acostumbrados al círculo vicioso de la pelea y la reconciliación”, asegura Van Damme). La Pier hizo serias acusaciones contra el actor, que éste siempre negó.
El resultado fue una de las indemnizaciones de manutención conyugal e infantil más grande de la historia de California: el juez ordenó a Van Damme que pagara 112 mil dólares por mes a La Pier y al hijo de ambos, Nicholas.
Después de esa etapa, el rubio actor, quien se ha casado en total cinco veces, regresó con quien fue su tercera esposa, Gladys Portugués, una ex fisiculturista de origen puertorriqueño y madre de dos de sus hijos, Kristopher, de 16 años, y Bianca, de 12. “Ella es el puerto amoroso de mi vida”, asegura.
Apartado ya de la vorágine de las drogas y los desenfrenos y citando a Dios como el Ser que nunca se olvidó de él, Van Damme por fin retomó la actuación.
En filmes como Replicant, en el que el llamado “Músculos de Bruselas” interpreta dos roles, se puede apreciar a un verdadero histrión en pantalla.