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México, D.F.- La evolución del narcotráfico en México, permitió la formación de cárteles que no necesitan exportar drogas a Estados Unidos ni hacer sus ventas en dólares. Ahora, como en el caso del “cártel” de Neza, su mercado está dentro del país y sus ganancias son en pesos.
Paralelamente, hay un incremento en los niveles de consumo de drogas, como se ha detectado en la ciudad de México donde de acuerdo con informes de los Centros de Integración Juvenil (CIJ) hay cuando menos 622 colonias de riesgo y alto riesgo al consumo de drogas en 10 delegaciones capitalinas.
A nadie parece extrañarle ya que en parques, hoteles, tiendas de abarrotes, escuelas primarias y secundarias, loncherías, ventanas de casas particulares, o bien jóvenes a bordo de motocicletas y niños en bicicletas, como sea y en cualquier sitio y hora, la ciudad de México esté prácticamente inundada por la distribución hormiga de drogas.
En cualquier punto de la ciudad niños, jóvenes, estudiantes o cualquier persona puede encontrar con facilidad todo tipo de drogas, y los costos de éstas -las llamadas “grapas” de cocaína se cotizan entre 35 y 80 pesos- variarán dependiendo de la zona donde se adquieran y la “calidad” de las mismas.
Entre las explicaciones de este fenómeno, según especialistas e instituciones, está el pago en especie que reciben narcotraficantes mexicanos y que ha llevado a crear en toda la República un mercado local de consumo, además del cada vez mayor combate al narcotráfico y la dificultad para transportar la droga a Estados Unidos.
Por ello, especialistas señalan que la ciudad de México es ya “un creciente mercado” para las bandas de narcotraficantes, de ahí que la violencia y los delitos conexos a esta ilícita actividad, como son las “ejecuciones”, el tráfico de armas, secuestros, corrupción de cuerpos policiacos, robos y asaltos, “lavado” de dinero y otros, también experimentan un aumento casi aritmético.
Las cifras no mienten sobre el creciente consumo de drogas en el Distrito Federal, que registran ya niveles alarmantes y, según datos de la última Encuesta Nacional de Adicciones, sólo el uso “alguna vez en la vida” de drogas ilícitas que a nivel nacional afecta a 5.27% de la población urbana, en la ciudad de México sumó 7.28%, es decir 2.01 puntos porcentuales por arriba de la media nacional.
Igualmente, informes de los CIJ reportan a las delegaciones Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero e Iztapalapa, como las zonas donde se ha detectado los mayores niveles de prevalencia en el uso de drogas ilícitas en el DF.
En lo que constituye otra coincidencia lógica entre Iztapalapa y la Gustavo A. Madero, ambas jurisdicciones también están situadas o consideradas como entre las más violentas y donde hay un elevado índice de delincuencia, aunado a bajos niveles e indicadores sociodemográficos.
Tampoco resulta raro que en estas dos últimas delegaciones, las cuales colindan con el estado de México, especialmente con el municipio de Nezahualcóyotl, resultara ideal para la operación de la banda conocida como Ma Baker.
Encabezada por Delia Patricia Buendía, la “Ma Baker”, esta organización criminal diseminó sus tentáculos y creó toda una empresa basada en la distribución y venta al menudeo de drogas, especialmente cocaína que le era surtida desde Tepito, asiento de uno de los centros de abasto de drogas más conocido en México y el cual hasta ahora no han desmantelado las autoridades.