Los diputados locales de Coahuila están por concluir su gestión y aunque usted no lo crea, acordaron asignarse cada uno cuatrocientos sesenta mil pesotes, que recibirán antes de ahuecar el ala. De ellos, sesenta mil son de sueldo mensual, noventa mil de aguinaldo y trescientos diez mil como premio de consolación llamado también “bono de marcha y ahorritos”. Como se puede ver, los flamantes diputados se autorizaron cuentas alegres con dineros del sufrido pueblo que en su mayoría no gana ni el salario mínimo y tampoco recibirá aguinaldo; pero no hay que desanimarse, a sus representantes populares sí les llegó “Santa Claus” y seguramente el que se puso barbas y gorrito para representar al famoso personaje fue su jefe don Heri Ramos. No se midieron los “nobles” representantes del pópulo.
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A la administración municipal que tiene por capitán a Javier Garza de la Garza, le quedan escasos treinta y cuatro días para terminar su gestión, observándose sospechosa premura en sacar adelante algunos proyectos de los que se da escasa información a la comunidad, provocando con ello malos pensamientos por tratarse del “Año de Hidalgo”. Así por ejemplo, en la concesión de dos mil parquímetros a una empresa privada, al parecer de Monterrey, se desconocen muchas cosas: ¿Por cuánto tiempo se dio el contrato?; ¿qué porcentaje de lo recaudado le tocará al municipio?; ¿quien pagará a los vigilantes?; ¿el producto de las infracciones será para la empresa? etc. Caso similar es el referido a la asignación de agua de la planta tratadora, pues hasta ahora todo ha sido especulación con relación al pequeño grupo de agricultores y los ridículos precios que se pretende cobrarles, además de cierto favoritismo para algún cuatacho del Alcalde. El uso de esta agua tratada es patrimonio de la ciudad y no debería hacerse ningún convenio a sus espaldas como pudiera estar ocurriendo entre funcionarios de Simas y su cuestionado consejo. El Alcalde tiene la palabra y aún está a tiempo de informar con detalle a la comunidad y evitar que la sociedad le cargue esas cosas tan feas y lo mande al cajón de los “apestosos”.
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Muy a destiempo y desatado anda el senador Alejandro Gutiérrez “La Coneja”, buscando la gubernatura de Coahuila para dentro de tres años. Aquí en la región ha realizado diversas visitas y si no hay cambios de último momento, el próximo sábado estará nuevamente por estas tierras entrevistándose con diversos grupos, entre ellos a organismos no gubernamentales (ONG), el Consejo de Seguridad Pública, campesinos de Matamoros y algunos empresarios de la región con los que al parecer compartirá una comida. Se comenta que el timonel que coordina estas acciones es el ex románico alcalde y por ahora desempleado, Manlio Gómez Uranga. Se desconoce si la campañía del senador está siendo apoyada por el gobernador Enrique Martínez, o si de plano “La Coneja” se salió del guacal para alborotar la gallera en su favor y al estilo foxiano ganarle terreno a otros posibles aspirinos priistas, entre los que se menciona al ex rector de la Universidad de Coahuila Jesús María Frausto y al profesor Humberto Moreira, a quien sólo conocen en Saltillo. Con estas grillitas se podría decir que la sucesión por la gubernatura ya se inició siguiendo el ejemplo de quien bajó al PRI del macho.
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Bien dice el trovador: Nunca hay que hacerse de enemigos que no estén a la altura del conflicto y mucho menos cuando realmente no existe conflicto. Algunos boxeadores cuando no pelean, “hacen sombra”; es la vocación del guerrero, pero no la del político. Es natural que la Alcaldesa de Gómez Palacio defina posturas y asegure que la ciudad que gobierna no está rebasada por los giros negros; es su obligación como primera autoridad velar por la seguridad, tranquilidad y bienestar de sus gobernados. Es natural –también- que un medio de comunicación señale todo aquello que atenta contra la seguridad, tranquilidad y bienestar de la población. Se trata pues de una responsabilidad compartida, cada quién desde su trinchera. No hay conflicto. Doña Leticia Herrera se encuentra hoy ante la disyuntiva que impone la controversia generada por los trabajos periodísticos que advierten sobre los excesos derivados de una legislación permisiva: Ser congruente con su investidura de primera autoridad municipal y encontrar en la información publicada no más que una oportunidad de corregir desvíos y solucionar problemas, o enfundarse en el traje de guerrero y “hacer sombra”, ya que para pelear se necesitan al menos dos, y en este caso sólo hay uno que aparentemente está dispuesto. Por el bien de Gómez Palacio, de sus ciudadanos y de la Comarca Lagunera es necesario recordar esos detalles finos que hacen la diferencia. Un medio de comunicación comprometido con el progreso y desarrollo de la región, lo único que no puede permitirse es una visión complaciente hacia las autoridades. Un periódico que constituye en los hechos una firme instancia de defensa a los intereses de la comunidad, está obligado a contribuir mediante el señalamiento, la denuncia pública y la exposición de hechos, a la solución de problemas y la mejoría en los estándares generales de la población.