Como desalentadora y pasiva fue calificada por numerosos torreonenses la actitud asumida por el Consejo de Seguridad Pública en torno al artero crimen del agente del Grupo Especial, Cipriano Floriano Navarrete. Extraña sobre manera que siendo el citado Consejo el portavoz y representante de la comunidad en aspectos de seguridad se haya conducido en este caso como si nada hubiera ocurrido; se olvidaron que en el pasado reciente (tal vez cuando tenían otro presidente) fue precisamente ese organismo el que con más insistencia exigió al gobierno federal y al del estado que se actuara en contra de los “puchadores” que estaban creciendo en la ciudad, exigencia a la que se sumaron otros organismos del sector privado y que motivó que el “Grupo Especial para la Investigación del Secuestro y Crimen Organizado” (dependiente del estado), empezara a detener y remitir “puchadores” a la oficina de la Delegación de la Procuraduría General de la República en esta ciudad; operativos en los que destacó la actuación del mencionado agente Cipriano, presuntamente asesinado como venganza del narcotráfico.- La tibia actuación del Consejo de Seguridad, contrasta con la asumida por “Coparmex Laguna”, que en desplegados públicos reconoció la meritoria labor del agente, calificándolo de “fiel custodio de su deber, que por proteger a la ciudadanía y por detener a los criminales fue arteramente asesinado”.- Es lamentable que hasta ahora solamente un organismo del sector privado se haya manifestado públicamente exigiendo al Procurador General de la República y al gobernador Enrique Martínez la atención inmediata de este asunto. Diversas preguntas flotan en el ambiente: ¿por qué el “Consejo de Seguridad” optó por agachar la cabeza? ¿Qué pasó con el CLIP? Las malas lenguas dicen que tal vez sus respectivos presidentes, Rafael Sosa y Donato Gutiérrez recibieron “sugerencias” de Saltillo de no mover las aguas por el informe del Gobernador, lo que de ser cierto confirmaría el “eco de voces” que de tiempo acá se han venido escuchando en el sentido que algunos dirigentes y miembros del sector privado, por intereses en obras del estado, o simplemente por halagos al sentirse que andan en la “punta de la máquina”, se convierten en fieles servidores del “Señor Gobernador”. Ojalá no sea así porque este delicado asunto requiere seguimiento y el apoyo de todos los sectores de la comunidad
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El alcalde Javier Garza, tal vez asediado por problemas, o porque ya pronto dejará el cargo, ha tomado costumbre de hacer oídos sordos de todo aquello que no le conviene oír, pero que finalmente es para bien de la ciudad. En diversas ocasiones se le ha trasmitido la inquietud de los torreonenses por conocer cuáles son y dónde están las áreas de donación a favor del municipio del fraccionamiento “Los Azulejos”, así como el monto de los impuestos que recientemente les condonó. De otra parte se ha olvidado de aplicar la ley y restituir al patrimonio de la ciudad los andadores invadidos en el fraccionamiento “Campestre La Rosita”; sobre ello y como parece no estar enterado, le mencionaremos las “invasiones” por la calle Del Reloj precisamente del número quinientos en adelante y que al decir de algunos enterados los ocupantes son: un propietario de un negocio de llantas y un doctor de apellido Pérez, que hasta tiene un perro amarrado para cuidar el terreno. Se espera que con estos datos el Alcalde tomará cartas en el asunto, pues si ya no tiene tiempo para realizar grandes cosas, cuando menos podría poner orden en aspectos de interés comunitario.
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Comentan que en la otrora “Ciudad Jardín”, los integrantes del grupito de “Los Narros” que encabeza el doctor Ulises Adame de León, ya tienen todo preparado para dar el zarpazo y apoderarse de la dirigencia del PRI en el municipio. Quienes conocen de esto, indican que la esposa de Adame de León, Elsa Patricia Mata quedará en un puesto clave dentro de la nueva directiva que se elegirá el próximo tres de noviembre a través del sistema de “consulta a las bases”, que se hará mediante la colocación de veintisiete urnas en sitios estratégicos, especialmente en donde el grupo de los chicos de la Narro tienen bien sentados sus reales. Se dice que como parte de la estrategia para dejar fuera a otros representantes populares que también buscan la dirigencia del tricolor, pondrán algunos candados, como el de no permitir que contiendan por ningún puesto directivo personas que hayan militado en otro partido, con lo cual dejarían fuera al profesor Conrado Antúnez, actual director de “Desarrollo Rural”, en Lerdo, quien en sus años mozos fue candidato a la presidencia municipal por el desaparecido PSUM. En este movimiento se avizoran divisiones y roces entre militantes priístas, ya que las corrientes están polarizadas y no todos están de acuerdo con los que se hacen llamar “Los Narros”.
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En la Secretaría de Educación Pública de Coahuila que tenía por capitán al profesor Humberto Moreira, recientemente ganador de la alcaldía de Saltillo, se traen un enredo con los libros de texto; por un lado, los alumnos de las secundarias técnicas se quejan de que no cuentan con los citados libros que en forma gratuita debieron entregarles; por otro, funcionarios de la dependencia aseguran que ya todos los textos están en poder de los estudiantes, sin embargo un reportero de EL SIGLO DE TORREÓN se dio a la tarea de indagar el asuntillo, pudiendo comprobar que cientos de libros se encuentran almacenados en una inadecuada bodega en donde se han dañado porque durante la corta temporada de lluvias, se filtró humedad; el caso es que ese material cuesta dinero que paga el sufrido pueblo, por lo que sería conveniente que la profesora María de los Ángeles Errizuris, que sustituye a Moreira, desenrede la madeja haciendo las aclaraciones y sobre todo entregue a los estudiantes los libros faltantes.