Don Manuel "el loco" Valdés, en uno de sus programas cómicos relataba una experiencia personal que de principio creyó que era un hecho sobrenatural:
-"Anoche, apagué la luz y me dispuse a dormir. En la oscuridad oí pasos, los pasos se oían en el interior de la habitación. Contuve la respiración y afiné el oído. Eran 99 pasos y enseguida un golpecito de madera. Y se repetía exactamente igual, 99 pasos seguido por el golpecito de madera. Asustado, prendí la luz y descubrí que era un ciempiés y que una de sus patas era de palo".
Consulto la palabra "Ciempiés" en el diccionario enciclopédico del Reader's Digest y leo:
"Zoología. Género: Scolopendra. Orden: Escolopendromorfos. Clase: Quilópodos. Animal venenoso, con un par de patas en cada uno de los anillos en que tiene dividido el cuerpo, las patas que están situadas inmediatamente detrás de la cabeza están armadas de garras que al morder sueltan un veneno muy activo. Los ciempiés tienen desde 15 hasta 170 pares de patas, un par de antenas y dos pares de mandíbulas; huyen de la luz y durante el día se esconden bajo las piedras y los troncos; cazan insectos, lombrices y moluscos durante la noche. El ciempiés gigante es oriundo de las Antillas y hay algunos que llegan a medir hasta 20 centímetros".
Una familia de mi barrio El Galeme, afirma que por la llave del agua potable salió un ciempiés. Encerrados en un frasco, el ciempiés y una muestra de agua, fueron entregados a Salubridad en medio de las airadas protestas de los vecinos contra el Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado.
El coordinador de "Agua limpia" en el municipio, contraataca a los que denunciaron la aparición del ciempiés:
-"El agua potable del acueducto es una agua de buena calidad, será más fría, más pesada, lo que sea, pero eso no le afecta a nadie"
Beto Balderas, al defender a SIMAPA de la acusación de los vecinos de El Galeme, es más contundente:
-"¡El ciempiés fue sembrado!".
Pedí a don Juan, viejo campesino, que me hablara de los ciempiés.
-"Los ciempiés buscan la humedad". Me dijo lacónicamente.
Y pensé en los políticos profesionales.
Le pregunté a mi compadre Agapito: ¿cómo pudo un ciempiés llegar hasta El Galeme si esos animales son originarios de las lejanas Antillas?. Al contestarme casi me regañó: "Pos' que no ves que tienen 100 pies".
Sería conveniente que se creara una fiscalía especial para el caso del ciempiés, que se tomen varias líneas de investigación entre las que bien se pueden enumerar las siguientes: 1. Interrogar al químico que analiza y avala la calidad del agua del acueducto. 2. Investigar la hipótesis de "la siembra". 3. Definir si el ciempiés ya estaba en la cubeta antes de que saliera el chorro de agua de la llave. 4. Determinar si la aparición del ciempiés fue obra de políticos revanchistas.
Mientras son peras o son manzanas, la venta de garrafones de agua purificada que se había disparado desde la puesta en operación del acueducto del cerro de Las Noas, hoy está por las nubes.
Esta escandalosa venta de garrafones de agua purificada trae a la memoria la vieja pregunta del profesor Solís que jamás fue contestada:
-"¿Cuánto le dan de comisión a mi Chuy por la venta de cada garrafón de agua electropura?".