PRENDE LA VELA, MARÍA
Por Moisés Rodríguez Escobedo
Si el PAN estuviera en la oposición, jamás un gobierno priísta se hubiera atrevido a aumentar las tarifas eléctricas al triple.
Porque corruptos, autoritarios, fraudulentos y lo que usted guste agregarles, pudieron ser los gobiernos priístas, pero es de justicia reconocerles que aunque apretaban, apretaban, apretaban, jamás ahorcaron a las otrora fuerzas vivas que hoy, hoy, hoy, en el gobierno del cambio, estamos medio muertas.
Y en el colmo del surrealismo, Luis Felipe Bravo Mena, el pastor mayor del panismo, afirma que los elevados cobros de la energía eléctrica son sabotajes y perversidades con fines electoreros para atacar al presidente Vicente Fox.
Y en esa línea loca de pensamiento, bien podemos decir que los exagerados cobros benefician a los musulmanes fundamentalistas de Al Qaeda, que los talibanes alteran los medidores y que Osama bin Laden es quien ideó el diabólico plan de cobrar las tarifas eléctricas al triple.
¿Y ahora, quién podrá defendernos?
Si el PRI anda como la zarzamora llora que llora por los rincones por ese broncón en que lo metió Rogelio Montemayor y los líderes petroleros con esos chorrocientos millones de pesos que, según el contralor Francisco Barrio, se fueron directamente de la caja de Petróleos Mexicanos a la campaña presidencial de su tocayo Francisco Labastida.
Y ni pensar que el PRD nos ayude porque como dijera doña Beatriz Paredes cuando al contestar el segundo informe del presidente Fox, los diputados perredistas abandonaron la sesión: “No importa al fin que son una minoría, sólo el 11% de este honorable congreso”.
Además doña Rosario Robles anda en otras ondas, ella está obsesionada en las firmas de convenios que aumenten la votación perredista y no se detiene ante nada, por conseguir votos no dudaría en hacer alianza con el mismo lucifer.
Aunque parezcamos enemigos del cambio, ¡cómo quisiéramos que el PAN estuviera en la oposición!
Para que nos defendiera de altos cobros de la CFE, para que nos librara de esta cruel encrucijada, de esta amarga disyuntiva de comer o pagar el recibo de luz.
Pero, oh canina suerte, los que ayer nos defendieron, hoy nos están estrangulando.
Y ya parecemos miserables avaros.
Porque continuamente andamos apagando focos, desconectando el refrigerador por las noches, prendiendo la tele solamente para ver e a Paty Chapoy y a Los Simpson, poniéndonos la ropa arrugada para que la plancha no gaste electricidad y todo es inútil porque el recibo de luz sale más caro que el recibo pasado que ya era más caro que el recibo antepasado.
¿Creerá el presidente Fox que este próximo 15 de Septiembre, un jubilado que entregó su pensión completa en la ventanilla de la CFE para pagar su recibo de luz tendrá ánimo para gritar “Viva México”?
¿Y quien en la noche del 15 de Septiembre esté a oscuras porque le cortaron la luz, vitoreará a los héroes que nos dieron patria?
Yo por mi parte, apresuradamente finalizaré este escrito haciendo “click” en “apagar sistema” porque de un momento a otro llegará la camioneta de la CFE a cortarme la luz por exceso de pago.
Y como hace días nos dijera un vendedor de frutas ambulante:
-“¡Ánimo, laguneros!”