BURBUJITAS POST-ELECTORALES
POR MOISÉS RODRÍGUEZ ESCOBEDO
Se cuenta que Platón, ¿o fue Aristóteles?, hizo una concertación con uno de sus alumnos.
Te enseñaré leyes y si no aprendes, no me pagas las colegiaturas. Así propuso el maestro y el alumno aceptó.
Cuando el maestro consideró que el alumno había asimilado todas sus enseñanzas, le cobró.
Pero el alumno se negó a pagar.
Platón entabló un juicio contra su alumno por incumplimiento de contrato, pero el alumno se defendió tan brillantemente, gracias a las enseñanzas del maestro que el juez no encontró elementos de culpa para obligarlo a pagar lo convenido previamente con el maestro.
Entre los asistentes al juicio, circuló una opinión con la que todos estuvieron de acuerdo:
-“El alumno superó al maestro”.
Cualquier coincidencia con las pasadas elecciones municipales es pura coincidencia.
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Si toda su vida habían vivido del presupuesto, si eran nuestros pro-hombres tradicionales, si se pasaban de una regiduría a una sindicatura, de un departamento a una asesoría, de una aviaduría a una patente cervecera, si cobraban en la SEP y en la tesorería, ¿por qué se despojaron de su camiseta tricolor y se vistieron con la playera de la UDC?
Yo estoy confuso, le pido a mi compadre Agapito que me explique el motivo de la desbandada de los próceres tricolores.
Agapito, hombre de pocas palabras y gran lógica de pensamiento, así me dijo:
-“Pa’ ellos, las ubres priístas se estaban secando y fueron en busca de ubres quinceañeras”.
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El político perdedor salió a despoblado, se hincó en las candentes arenas del arenal del Indio, abrió los brazos y con la mirada puesta en el infinito, dejó que de su ronco pecho salieran los lamentos:
-“Y ahora qué será de mí? Pagaré la gasolina de mi bolsillo, cancelaré el contrato de mi celular, devolveré mi Stratus, ya no compraré mi ropa en Galerías sino en Garrerías, ¿trabajaré de dependiente en la Guma o en la refaccionaria de Nassar?, ¿me iré de espalda-mojada al país de las hamburguesas?, ¿me atrapará la maldición bíblica de que ganaré el pan con el sudor de mi frente?”.
Y desde lo alto, de más arriba de donde las auras revolotean, una voz de trueno bajó abriéndose paso entre la resolana:
-“No hagas tanto escándalo, que sólo son tres años”.