09 septiembre 2003
Nueva York, (EFE).- Los neoyorquinos que vivieron de cerca los atentados del 11 de septiembre de 2001 sienten que los actos conmemorativos de este año se ven ensombrecidos por la situación económica en EEUU y por el conflicto en Iraq.
La ciudad de Nueva York ha concluido los preparativos para la ceremonia de silencio, lectura de nombres y cantos de una jornada que culminará con un homenaje luminoso en memoria de las víctimas.
Políticos y neoyorquinos mostrarán su empatía a los familiares de las víctimas, que se congregarán por segunda vez en lo que en su día fue el World Trade Center para compartir el dolor por la pérdida de 2.792 vidas.
"El primer aniversario fue emocional y ayudó a muchos a recuperarse del impacto psicológico. Pero en estos momentos están ocurriendo demasiadas cosas en el mundo, y existe una sensación de que el 11 de septiembre pasó hace mucho tiempo", manifestó a EFE la fotógrafa María Brown, quien documentó la catástrofe hace dos años.
En su opinión, esta sensación no sólo se debe a los acontecimientos internacionales, sino también a la situación de la economía, especialmente porque las cifras oficiales del desempleo en Nueva York alcanzan ya un 8,2 por ciento.
"La energía de los neoyorquinos está puesta en encontrar trabajo y cuestionan el dinero que el Gobierno de Washington está dedicando a la guerra en Iraq", comentó.
Aunque la "zona cero", el lugar exacto donde se desplomaron las Torres Gemelas, sigue siendo una parada obligada en el itinerario turístico de miles de visitantes, el comercio en el área está relegado a curiosidades y recuerdos de la tragedia.
Pese a la apariencia de normalidad, muchos comercios pequeños cercanos al desaparecido World Trade Center han cerrado sus puertas al perder su clientela, básicamente los empleados de las firmas que hospedaban las Torres Gemelas.
"El zapatero de toda la vida acaba de cerrar y dentro de unos días también lo hará el restaurante de cocina rápida de la esquina", anotó la artista Elena del Rivero, cuya vivienda quedó muy afectada por los atentados y que hasta hace poco no pudo volver a su casa.
Se calcula que harán falta unos diez años para reconstruir la "zona cero", por lo que muchos residentes prefieren mudarse del entorno antes de que empiece la contaminación acústica.
"Pese a los incentivos que el gobierno municipal ha dado para que la gente viva en el área, muchos se marchan, pues no aguantan el ruido de las construcciones y por el aire que aún está contaminado", explicó Del Rivero,
"Hablando con la gente del barrio, me doy cuenta de que están realmente hartos y lo que quieren es olvidar. En esta conmemoración se van a lucir sólo los políticos, en vez de celebrar algo íntimo que llegue a las almas de quienes perdieron a parientes y amigos", anotó.
Los mismos que observaron de cerca los ataques terroristas ahora ven con horror el goteo de muertes tras la invasión de Iraq.
"La sombra de Iraq se está proyectando en este segundo aniversario", señaló el médico Sixto Caro, también residente del sur de Manhattan.
No obstante, reconoció que "no es fácil olvidar que murieron más de 2.000 personas en tres o cuatro horas y un 60 por ciento de ellas eran gente joven".
Para él, el 11 de septiembre se convertirá en una celebración más en el calendario de festividades como el Día de Acción de Gracias o la Navidad, pero sin connotaciones religiosas.
"El estadounidense medio reacciona de una forma emocional y patriótica a este tipo de conmemoraciones, así como los medios de comunicación y el sistema con los políticos y su demagogia se encargan de dar cuerda para engrandecer el evento", indicó Caro.
"Desafortunadamente, la próxima conmemoración será para los soldados muertos en Iraq, también jóvenes, y como precedente tenemos Vietnam", concluyó.