Ginebra, (EFE).- El 2003, bajo la influencia del fenómeno de "El Niño", ha sido el tercer año más caluroso de la historia con una temperatura de aproximadamente 0,45 grados centígrados por encima de la media de las últimas cuatro décadas, anunció la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Según los datos de ese organismo de la ONU, el récord de calor en los últimos 40 años lo detenta 1998 con una temperatura de 0,55 grados superior a la media calculada entre 1961 y 1990, mientras que este años se registró 0,48 grados más que ese promedio.
La temperatura media en la superficie terrestre es de aproximadamente 14 grados centígrados, aunque dependiendo de las regiones y de las estaciones del año hay fuertes disparidades.
Los especialistas de la OMM subrayaron que este año el fenómeno de "El Niño", caracterizado por el incremento de la temperatura del océano Pacífico y de las precipitaciones en las zonas costeras, provocaron fuerte sequía en Australia y en la región meridional de Africa.
Según el experto de la OMM Paul Llanso, los datos de que dispone ese organismo hasta el momento sugieren que "atravesamos un periodo de condiciones climatológicas neutras" y que "no hay predicciones" sobre la llegada de La Niña", que suele suceder a "El Niño" aunque con efectos contrarios.
Este año se ha caracterizado además por una fuerte ola de calor en Europa y Oriente Medio con temperaturas que alcanzaron récords en España, Francia, Alemania y Suiza.
Las termómetros superaron los 40 grados centígrados en muchos lugares de Francia, Italia, Holanda, Portugal, Reino Unido y España, lo que dejó unos 21.000 muertos "atribuidos al calor implacable", señalan los expertos de la OMM.
Las elevadas temperaturas, que en Europa fueron de unos 5 grados superiores entre junio y agosto, también se detectaron en varias zonas de Rusia, China y Norteamérica.
Como consecuencia de esa ola de calor excepcional, se registraron en Europa varios incendios forestales y el deshielo sin precedentes de los glaciares que perdieron hasta tres metros de espesor, el doble del anterior récord de 1,6 metros alcanzado en 1998.
También el hielo del polo norte se derritió hasta reducirse a una extensión de 5,4 millones de kilómetros cuadrados, frente a los sólo 5,3 millones de septiembre del año pasado.
El subsecretario general de ese organismo especializado de Naciones Unidas, Michel Jarraud, recordó que "las olas de calor en ciertas partes del mundo suelen ir asociadas con olas de frío en otras regiones".
Así, en el norte de la India, en Pakistán, Nepal, Bangladesh y en Mongolia las temperaturas fueron este año muy inferiores a lo habitual, lo que causó cientos de miles de damnificados.
Más extremas aún fueron las registradas en invierno en algunas regiones de Europa central y oriental y, sobre todo, en Rusia donde el termómetro alcanzó los 45 grados bajo cero.
También en la zona del altiplano en Perú hubo una excepcional ola de frío con temperaturas que descendieron hasta 20 grados bajo cero en julio, en zonas por encima de los 4.000 metros de altitud y que dejaron un balance de más de doscientas víctimas.
Durante este año el agujero de la capa de ozono alcanzó también su máxima dimensión con una extensión los 28 millones de kilómetros cuadrados.
Los expertos de la OMM observaron que la temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado desde que se iniciaron mediciones instrumentales en 1861, aunque indicaron que es difícil atribuirlas únicamente a un recalentamiento de la atmósfera por la actividad humana.
Según la OMM, en el siglo XX la temperatura media subió 0,6 grados centígrados.
Un reciente estudio del Panel Intergubernamental sobre Cambios Climáticos (IPCC), un organismo integrado por dos mil científicos de todo el mundo, advirtió que si no se toman medidas para reducir la emisión de gases -especialmente de dióxido de carbono-, la temperatura terrestre podría aumentar entre 1,4 y 5,8 grados hacia el año 2100, lo que tendría efectos devastadores.