Torreón, Coah.- Sin la indemnización de ley, sólo porque resultaron costosos y no se adaptaron a los nuevos esquemas de trabajo, los últimos cinco miembros del “Escuadrón Canino’’ , fueron despedidos hace un mes de la Dirección de Seguridad Pública.
Ellos no incurrieron en actos de corrupción y jamás recibieron recomendación alguna de la Comisión de Derechos Humanos, hacían bastante ejercicio y gozaban de buen estado físico, no exigían vacaciones y se mantenían en constante entrenamiento.
Nada de eso les valió, “ cuando se les acabó su ciclo’’, salieron sin dinero, ni carta de recomendación y nadie les dio las gracias.
Atrás quedaron las jaulas vacías, sus comederos y bebederos sucios, y el olor característico de las croquetas invade aún los patios donde estaban amarrados, esperando instrucciones, listos desde temprana hora para salir a trabajar.
Con su presencia en la parte trasera de las camionetas equipadas especialmente con rejillas de protección, inspiraban temor y respeto. Muchas veces, su brillante figura, y hocico babeante, sirvió más que una arma, una macana o un kendo, en cuestión de minutos hacían que los pandilleros enfrascados en riñas, se retiraran.
Lograban mejores resultados que los policías y sin “mordidas’’, pero eso no sirvió de nada pues las estrategias policiacas de las actuales autoridades los rebasaron y no pudieron agarrar el paso.
Ahora esos policías caninos en los que se invirtió dinero durante la pasada administración, recursos tanto para alimentarlos como para entrenarlos, están literalmente en la calle o en alguna casa, los jubilaron anticipadamente y esperan en algún lugar la llegada de su amo o de alguien que esporádicamente los alimente.