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“Kill them all”/Satiricosas

Manú Dornbierer

“Mátalos a todos” es un encantador lema de playeras gringas. En algunas, la edificante orden se completa así: “Kill them all and let God sort them out”: Mátalos a todos y deja que Dios los escoja. Parece un slogan de la autoría de George W., pero no hay tal. Es uno de los planteamientos filosóficos del viejo sistema hegemónico que rige a la mayor “democracia” del planeta, el cínico imperio que hoy decidió cambiar el mapa del mundo, para usar un término de su espurio presidente Bush.

Para los gringos matar nunca ha sido pecado sino precisamente lo que manda su dios particular -el que “bendice a América” y sus anatemas muy específicamente. Para los mochos puritanos fundamentalistas, hoy ejemplificados hasta la caricatura por W y sus halcones, no existe el mandamiento divino “No matarás”. USA tiene una “ jihad” perpetua que aplica en cualquier lugar del mundo Vietnam o Afganistán, la ex Yugoslavia o cualquier país de América Latina, y hoy Iraq Matar es lo deseable, el tema favorito de su creatividad no sólo en las películas de vaqueros, héroes eternos que no sólo sirven para vender cigarros cancerígenos sino guerra rápida. En más del 95 por ciento del material para televisión la muerte y la violencia son la inspiración. En los videojuegos con los que “educan” a sus niños lo mismo sucede en 100 por ciento.

LOS AUTOSACRIFICIOS HUMANOS DEL IMPERIO son ya muy conocidos. A los presidentes gringos no les inquieta, por ejemplo, destruir una generación entera de sus jóvenes soldados en las selvas de Vietnam. Al maldito viejo Bush le valen bolillo las secuelas que dejó no sólo en Iraq sino entre sus propias tropas el uso que le dio a un arma de destrucción masiva, según denuncia al Sunday Herald (semanario escocés) Doug Rokke, ex director del Proyecto de Uranio Empobrecido del Pentágono. Las consecuencias de ese material radioactivo son terribles aunque minimizadas por los gobiernos gringo y británico. 67 por ciento de los veteranos estadounidenses de la Primera Guerra del Golfo tuvieron hijos deformes: sin un ojo o sin los dos, dedos malformados, problemas de respiración, infecciones sanguíneas, etc. (para mayor información, vea www. web-light.nl). Los que manipulan esa arma, como los que la padecen, sufren atroces consecuencias. So what?

E irónicamente son los nuevos soldados de la familia Bush los que buscan armas de destrucción masiva de Hussein que no vieron los inspectores de la ONU y que de “encontrarse” serían una patraña sembrada por las tropas gringas mismas. De haberlas tenido el abominable régimen iraquí, es obvio que las hubiera empleado para defenderse de la invasión. ¿Para qué mejor ocasión las guardaría? A menos que también Saddam sea parte de la diabólica conspiración contra Iraq...

Si en Guanajuato, tierra de Fox, la vida no vale nada, como dice la canción, en USA menos, siempre y cuando se trate de individuos que no tienen pasaporte estadounidense, y si lo tienen, depende de la raza a la que pertenecen, de su nombre, de su status social, de su cuenta bancaria para que realmente importen. Eso cuando el Big Brother no decide realizar otros espectaculares sacrificios humanos de sus propios conciudadanos como sucedió en Pearl Harbor, (para tener pretexto de entrar a la II Guerra a lo que oponía su pueblo, el presidente Roosevelt “arregló” con los japoneses el ataque, sacrificando tres mil marines), en Oklahoma (para limitar libertades civiles y zanjar diferencias con las sectas) y en el World Trade Center (para tener un gran motivo para iniciar la Guerra contra el Terrorismo, contra Afganistán, Iraq, probablemente contra Siria, Irán; Corea del Norte, Cuba y quien resulte responsable de querer respirar).

Respecto al último evento, cada vez es más la gente que piensa que las Torres Gemelas fueron derribadas para tales efectos. Un libro mexicano, de Claudia Luna Palencia, intitulado “La Política del Miedo “ se une a otros tres que sostienen la misma tesis del autoatentado (Kissinger no quiso seguir la pesquisa). Los otros se llaman: “El World Trade Center y Alicia en el País de las Maravillas”, del inglés David Icke, y “Terrible Impostura “ del francés Thierry Meyssanal, al que conocí en París en octubre pasado. Me explicó que toda la prensa francesa se le fue encima, por lo que tuvo que escribir otro contundente libro, “El Pentagate”. En él explica y demuestra el show mal hecho que fue el supuesto ataque al Pentágono. No fue un avión, fue un misil, el que lo penetró. ¿Sería un error como tantos en Iraq? Este último libro lo escribió para pararle el alto a la prensa francesa que se le fue encima (Le Monde, Paris-Match y hasta Liberation), Meyssan me confió que uno de los principales instigadores de esta campañita había sido Ariel Sharon.

Aquí también una justa parada: En Israel existe una asociación militar llamada “Courage to refuse” (Valor para rehusar), conformada por más de 500 soldados judíos que se niegan a servir en los territorios ocupados y a masacrar palestinos. Honor a ellos y a escritores judíos no borreguizados (como muchos mexicanos, por desgracia): Ken Silverstein que se opone a los que llama con humor “New born Zionists”, (Sionistas vueltos a nacer), como Gershon Goremberg, sin olvidar claro al gran Noam Chomsky entre otros grandes escritores libres.

EL FLIRT DE BUSH Y BLAIR CON FONDO DE BANDERAS DE TAFETA es una de las pocas diversiones del horror. Ver las miradas que entrecruzan mientras planean la explotación, la muerte, la destrucción y la reconstrucción del planeta, con fondo musical de “Endless love” (Amor sin fin), es muy explicativo. Ya que CNN no lo va a pasar, lector, véalo en mi página web (sección columnas y comentarios) www.manu-dornbierer.com.mx.

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