Por Gabriel Bauducco
Es amable. Ese tipo de amabilidad que tiene la gente que gusta de amasar las ideas, de disfrutar de la charla. Conduce a sus invitados hasta la oficina tomándolos del brazo. Este hombre, hace un tiempo salía a diario en todos los periódicos, la radio y la televisión. Hace un tiempo —hasta la noche del dos de julio del 2000—, fantaseaba todavía con la idea de ser el nuevo presidente de México.
Pero esa noche, cuando lo que parecía podía convertirse en el broche de oro para décadas de carrera política y más de un año de dura campaña, se le hacía agua entre los dedos, Francisco Labastida Ochoa ni siquiera lloró.
Ahora, aparentemente lejos de cualquier actividad política, este hombre que nació y se crió en las huestes del PRI, parece estar gozando de una forzosa tranquilidad. Está dedicado de lleno a las actividades del Centro de Estudios para el Desarrollo de México (CEPADEME), una asociación civil que funciona haciendo investigación sobre la realidad y las necesidades de la nación, como “un granito de arena para que tengamos un país mejor”, dice.
Y cuando no trabaja, lee el “Pequeño tratado de las grandes virtudes”, de André Comte Sponville.
Es un testarudo confeso que tiene muy presentes de la infancia algunos sonidos imperdibles: el mar; los caballos; el viento entre los árboles de Los Mochis; una locomotora que cruzaba el pueblo; la radio por la tarde, con la familia reunida para escuchar las noticias; la voz de su padre dándole consejos y los pájaros al amanecer, cuando salía a tomar fotos con su papá.
Pero su memoria da un salto para no recordar demasiado la época de la adolescencia, cuando había acabado la secundaria y llegaba a la ciudad de México para empezar la preparatoria. Esa época en la que —según se dice— era un estudiante con algunas bajas calificaciones y dedicaba tiempo a los cines de moda, el baile y ganarse la fama de ser bueno para el rock and roll y el chá-chá-chá. Así es que para mejorar su rendimiento sus padres decidieron inscribirlo en la rígida Universidad Militar Latinoamericana, donde acabó de estudiar.
n Tengo curiosidad por saber cómo transcurre su vida de hoy.
Muy llena de trabajo, de actividades. Intensa, plena. Y con tiempo de hacer algunas cosas que antes no hice lo suficiente.
n Por ejemplo?
El contacto con la familia y los amigos. La lectura y análisis de fondo de algunos de los problemas del país.
Labastida sabe que el PRI, así como está, necesita de muchos arreglos para volver a convertirse en una buena alternativa de poder. Y sabe también, que tantos años de gobierno, en los que él fue funcionario casi permanentemente desde hace más o menos cuatro décadas, fueron construyendo en este país un séquito de aduladores, de personas que se acercaban al partido, quizá no tanto por las ideologías que el PRI tuviera, sino por los beneficios que esto reportaba. “En México se ha dejado de hacer un análisis crítico e introspectivo sobre nuestra realidad —reconoce—. Se ha visto muy mal que una parte grande de los intelectuales fueron coptados por el sistema y que, por esa razón, dejaron de hacer critica seria”.
nCarlos Monsiváis cree que muchos de los intelectuales fueron acaparados por el sistema priista. Y que para muchas personas, no estar bajo las alas del PRI era, vaya, como no existir.
Yo no coincido. Me parece que existía una variedad. Es cierto que esos intelectuales (habla de los disidentes) no tuvieron puestos de representación pública. Porque el sistema ayudaba a quienes eran más “amables” con él. Pero, de hecho, la propia presencia de Carlos, es prueba de que se podía estar en contra del PRI... y existir. Muchas personas lo leemos, aunque critique al sistema o nos critique a nosotros mismos. Creo que más personas leemos a Monsiváis de lo que él mismo piensa.
n ¿Usted lee los textos de Monsiváis como quien lee la fórmula del enemigo?
No, lo leo por su humor, por su chispa, por su ingenio, por la crítica y la sátira, aún cuando uno no esté de acuerdo con ella. Es un punto de referencia casi obligado.
n Volvamos a su vida. ¿Cómo es un día suyo en esta actualidad alejada de los medios de comunicación?
Procuro mezclar mis áreas básicas: los trabajos del centro (que funciona con aportes del sector privado). Me despierto a las 6:30 de la mañana. A las siete estoy haciendo ejercicio hasta las 7:45. Antes de las 8:30 estoy listo para desayunar. Y para esa hora ya he leído por lo menos los encabezados de los periódicos y algunas columnas.
n ¿Y de qué vive?
Soy consultor económico de algunas empresas.
nQuisiera saber qué cosa le hubiera gustado hacer y no alcanzó. Saltando la obviedad de la Presidencia de la Nación, claro.
Desde muy joven yo estuve impactado por los problemas de pobreza que había en Sinaloa, donde nací. Los mismos problemas que hay en casi todo el país. He visto gente mal alimentada y tomando agua de los canales. Yo quería hacer algo para poder revertir todo eso. Y, eso mismo, es lo que no pude hacer: influir más, solucionar los problemas de pobreza del país. México tiene 50 millones de pobres, de los cuales 20 están en condiciones extremas. Se dice que México ganó en democracia. Pero no ha avanzado para paliar la pobreza.
n ¿Reconoce usted con sinceridad que el cambio de partido en el gobierno es un paso adelante en el ejercicio democrático?
Pero es que no es sólo la entrada del PAN, sino el conjunto de leyes que se constituyeron, antes, para que eso fuera posible. La creación de Instituto Federal Electoral y del Tribunal Electoral es, sin duda, un cambio de fondo. Hubiera ganado quien hubiera ganado, de movida, las elecciones se realizaron en un contexto diferente.
Enrique Krauze escribió, en el periódico El País, de España, el cinco de junio del año 2000, que es usted “un trabajador obsesivo, escrupuloso en su vida privada y pública. Prudente, sencillo y reservado”. Y que “en sus apariciones públicas ha revelado una cierta limitación de horizontes intelectuales, inseguridad y rigidez”. ¿En qué se equivocó Krauze?
Para no decir que se equivocó, opino que soy diferente.No soy rígido, pero lo parecía.
nSeñoras y Señores, ¡Primer mea culpa de la tarde!
Es que (Labastida se ríe)... los asesores de imagen decían que yo tenía que ser muy formal, para que me viera con una figura presidencial. Les explicaba que yo era más campechano y que ese no era mi estilo. Así es que creo que di una imagen...
n ¿Demasiado circunspecta?
Sí. O sea que Krauze, tiene razón, yo me “veía” rígido.
n Y, ¿tiene usted una “cierta limitación en sus horizontes intelectuales” e “inseguridad”?
Me parece que no, pero es poco elegante discutirlo.
n ¿Por qué la gente lo veía inseguro, entonces?
Creo que se relaciona con que yo que hacía algo que no era como yo era... ¿Se entiende? A ver... si de alguna manera no me definiría es como inseguro. Creo ser exactamente lo contrario. Pero, diría, que parte del problema, es que me pusieron a actuar. Actuar un papel que no era el mío. Me sentía inseguro en hacer un papel.
n ¿Cómo era ese personaje?
Bueno, a excepción de los actos en los que me veía un poco mejor, lo demás era “oiga, ensaye tal frase, diga tal cosa”... qué flojera. Así no soy yo. He luchado dos campañas. La presidencial y la anterior para gobernador de Sinaloa. Y esa fue muy distinta de ésta.
n Quizá, componer ese personaje, era lo que usted creía que debía hacer para llegar a la Presidencia. ¿Por qué se prestó a ese juego?
No, no es prestarse. Los asesores decían “lo que la gente desea ver o prefiere es esto”. Y, al fin de cuentas, se trata de un equipo. Hay gente que se encarga de hacer una parte. A otros les toca el papel de candidato. Sin traicionar lo que uno es, se acomoda.
n Le propongo un ping-pong. Un juego en el que usted responde breve y sin pensar mucho.
De acuerdo.
n ¿Qué es la sensualidad?
Algo que descubres temprano y que te acompaña toda la vida.
n ¿Y la sexualidad?
Un momento intenso de la sensualidad.
n ¿El amor?
La forma más sublime de relacionarse con la mujer.
n ¿El deshonor?
Algo en lo que uno nunca debe caer. Siempre digo que un gobierno dura seis años. Pero el honor o el deshonor te acompañan luego toda la vida.
n ¿Por qué no hay mariposas en esta ciudad?
Sí hay.
n Muy pocas.
Si, muy pocas, porque no tenemos árboles, zonas verdes. Y porque hay una contaminación terrible.
n ¿De dónde sale el talento?
Dicen que, en parte, es un problema de herencia y, en parte, un problema de voluntad. Entonces depende de la capacidad que tenga uno para formarse.
n ¿Por qué creo que está mezclando la formación con el talento?
Porque lo estoy mezclando.
n ¿Cómo se dice la verdad?
Con el corazón en la mano
n Jaime Sabines escribió: “el dolor no es el
lamento”.
¿Qué quiere decir eso?
Que es más intenso lo que lleva uno dentro que lo que expresa.
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be usted que algunas mujeres lo ven sexy?
Sí, me lo han dicho
*¿Cómo se esconde la tristeza en la absoluta soledad?
No hay por que esconderla, ¿de quién?
*Hay gente que sabe volar. ¿Porque está loca o porque aprendió a ponerle alas a la realidad?
Porque aprendió a ponerle alas al deseo
*¿Se puede pasar por la lujuria y mantener intacta el alma?
Sí.
*¿Qué hay en el alma de los malos?
Cosas negras
¿De dónde aprendemos los humanos el arte de la piedad?
También de los humanos.
*¿Saben los mortales de qué se trata la generosidad?
Un amigo mío que es sabio dice que quien busca la justicia encuentra la insatisfacción. Pero que se puede encontrar más fácil la generosidad.
*¿Los presidentes leen poesía?
No lo sé, nunca se lo pregunté a ninguno, la verdad.
*¿Cuánto dinero declarado tiene usted?
Propiedades por casi ocho millones de pesos. Hice esa declaración cuando comencé con la campaña.
*¿Qué cara tiene el dolor?
En México, la de la mujer.
*Hablemos de algo más personal.
Es que yo no soy un hombre que haya sufrido mucho. Es más: he llorado cuando murieron mis padres, con dos años de diferencia, pero no mucho más. La noche del dos de julio, cuando habían pasado las elecciones y eran ya como las tres o cuatro de la mañana (ya se sabía que había perdido), mi esposa me dijo: “ya puedes llorar”. Pero ni ese día ni ningún otro lloré por eso. Pero respecto del dolor... me someto a mí mismo a pruebas intensas.
¿De qué tipo?
Por ejemplo: se me rompió una mano, e hice que me la corrigieran sin anestesia. Y luego me sacaron una radiografía y encontraron que tenía desviados los huesos, e hice que me la corrigiera sin anestesia otra vez.
*Perdone la irreverencia, pero no me conmueve con sus alardes de macho mexicano ante el dolor.
Lo sé. Pero quiero decir que soy capaz de soportar mucho dolor personal, pero el ajeno me conmueve mucho.
*Por Favor, dígame cinco cosas buenas que usted ve en el Presidente Fox.
(Labastida se queda en silencio, pensado)
*Haga un esfuerzo.
Tiene (Labastida sonríe), según entiendo, deseos de que el país esté mejor, que haya menos pobreza, que se desarrolle. Trabaja mucho...
*¿Le está costando encontrar la tercera?
Esteeee... es de buena fe. Hace con vehemencia y con pasión sus cosas.
*¿Y la cuarta?
Ya dije un montón...
*Se le mezclaron bastante, como lo del talento y la formación...
(No contesta, se queda pensado un momento y estalla en una carcajada) no, no, no...
*¿Es inteligente?
No lo conozco lo suficiente.
*¿Es talentoso?
No lo conozco lo suficiente.
*Bueno, ahora échele las cinco malas, que seguro le salen más fácil.
Es un hombre que no conocía lo suficiente al país, ni a su historia (habla pausado). Su gabinete es muy desparejo, porque hay unos buenos pero otros muy regularcitos. Creo que la estructura de su gobierno no es buena, no le va a funcionar. Creo que trata de lograr demasiadas cosas simultáneamente.
*Conste que todo esto lo dijo mucho más rápido y sin dudar, no como lo anterior.
(Se ríe, mucho)
*¿Por qué iba a creer la gente que usted hace estas críticas con sinceridad y no porque está ardido por la derrota?
Porque yo digo las cosas como las pienso... y no esperando que me crean. Pero además, yo no apuesto al fracaso de este gobierno o del país.
*¿Quisiera saber qué se siente ser el único en su especie, el único candidato del PRI que no llegó a la presidencia?
Mire... yo hice todo lo humanamente posible para ganar. Quizás, si tuviera que volver a estar en ese lugar cambiaría algunas cosas. Problemas de comunicación, divisiones del equipo. Pero cuando iniciamos la campaña hicimos la reflexión de que en las elecciones del 97 el partido había sacado como 39 por ciento. Y en las anteriores 50 por ciento....
*Hay en México un grito popular que habla de fraude. ¿Por qué cree usted que ese porcentaje era real?
Es una buena pregunta (pausa) “¿por qué pensar que fue real?”...
*No me ha contestado sobre ser “el único en su especie”
Siento que he cumplido con mi deber y que lo hice sabiendo que podía ganar o perder.
*Eso suena muy raro teniendo como referencia los 71 años del PRI.
Sí, pero así es como yo me jugué.
*Cuando dice que estuvo actuando un personaje durante la campaña, hace pensar que era usted un muñequito, como un títere.
Eso es totalmente falso (se incomoda). Todos los que entran en una campaña modulan su actuación en función de lo que sus asesores le dicen. Cualquiera que diga que no modula su actuación con el propósito de ganar, miente. En este país vivimos todos así es que tenemos que tratar que sea lo mejor. ¿qué si en las elecciones siguiente nos la vamos a ver con el PAN? ¡Por su puesto!. Y vamos a tratar de ganar.
*¿Puede volver a ser usted una alternativa de gobierno para este país?
No, no estoy diciendo que lo vaya a buscar yo, hablo de un proyecto de país en el que yo crea...
*Mire que esto queda grabado, no vayamos a verlo dentro de (unos) años intentando treparse a una candidatura.
*Así es. Pero dije que no lo estaba pensado, no dije que no lo fuera a buscar (ríe a carcajadas).
¿Se sintió usted traicionado por el PRI?
No, porque eso implicaría que alguien me hubiera prometido algo que después no cumplió. Pero si me sentí abandonado.
¿Cómo ve al partido hoy?
Todavía no ha rehecho la oferta política para el país.
*¿Quiere decir que ha perdido su capacidad de mutación?
Su adaptación para los mexicanos, más bien. El problema es que los priístas vemos hacia adentro del partido, cuando, en realidad, deberíamos estar viendo hacia los mexicanos.
¿Cómo se quitará usted el estigma del perdedor?
Es que... yo perdí.
¿De qué se arrepiente?
De nada.
¿Eso es soberbia?
Sí, si quiere tómelo así.
Le alcanzo la impresión de una página bajada de internet. Es de la revista La Crisis, que reproduce fragmentos de la revista Insight, del periódico The Washington Times, en EU, bajo el título “Labastida colaboró con el narcotráfico”. El mismo artículo —escrito por Michael Waller— acusa a Labastida de ser el jefe del espionaje político (como Secretario de Gobernación) a partir de 1998 y co-responsable de las crisis económicas que se han vivido en los últimos 18 años en el país. Y agrega, textualmente: “durante la gestión de Labastida, Sinaloa se convirtió en un punto importante de cruce para la cocaína y otras drogas ilegales que vienen de Sudamérica a distribuirse en Estados Unidos”. Voy a mostrarle algo que seguramente usted ya vio. Se refiere principalmente a su gestión como Gobernador de Sinaloa, desde 1987 hasta 1992.
Es una calumnia. Una difamación —dice, de modo terminante, algo exaltado—. Se trata de cosas que fueron utilizadas durante la campaña. Y está claro que no hubo ningún gobernador en la historia de todo el país que haya combatido con el mismo rigor que yo la criminalidad y el narcotráfico.
*El documento dice que se trata de un informe de la CIA.
No, dice que “parece ser”... son de esas cosas que sueltan, sin dar la fuente.
*No, asegura que se trata de un informe confidencial de la CIA, dado a conocer en una edición quincenal del periódico The Washington Times. Supongo que, si se trata de falsedades, habrá usted demandado a esa publicación.
*Nnno. Cuando le pedí a los abogados que vieran esto, me dijeron que la demanda debía ser presentada allá (en Norteamérica). Pero yo no tengo el dinero para eso. elperiodistaese@hotmail.com
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