Con los ataques que lleva a cabo la PGR se llega solamente a los “peones” pero nunca se toca a los grandes “capos”
COMARCA LAGUNERA.- A la industria de la “piratería” sólo se le conocen los “peones” que en cada operativo pierden la mercancía ilegal. El delito no es grave y permite que al día siguiente siga la venta. Según algunos abogados, las opciones para el ataque frontal del ilícito son: agravar el delito, incluirlo como crimen organizado, o analizar el problema de fondo desde el aspecto económico-político-social.
Los “reyes” de la “piratería” se mantienen en el anonimato, muchas veces protegidos por importantes figuras; sus “alfiles” no dan la cara y utilizan varios intermediarios para colocar el producto en el mercado, desde el Distrito Federal, a los rincones del toda la República Mexicana.
La delegada de la Procuraduría General de la República en Coahuila, María López Urbina, declaró el martes 17 de junio que la Ley Federal no considera la “piratería” como asunto delicado o delincuencia organizada, de ahí que muchos que practican este tipo de negocios, no reciban un castigo severo y el problema prevalece.
Desde el punto de vista de Joaquín Saucedo Flores, titular de la Subprocuraduría de Justicia, una medida precautoria inmediata, sería la reforma del delito de “piratería” como delito grave. “En este caso se debe también analizar el tipo de penas para los diferentes actores en la red de fabricación, distribución, transportación, comercialización y venta de la mercancía”.
Saucedo Flores reconoce que la medida tendría consecuencias, donde ingresarían a la cárcel, personas de escasos recursos que ven en la venta ilegal de discos, un ingreso que les permita comer.
Sobre la opción de la reforma de Ley para tipificar la “piratería” dentro del crimen organizado, el Subprocurador de la Comarca Lagunera de Durango dice que ahora son más los delitos que se quieren elevar al citado nivel, cuando el crimen organizado fue creado para el combate exclusivo del “narcotráfico”.
Por su parte, Luis Felipe del Rivero Ibarra, presidente del Colegio de Abogados en Gómez Palacio, indica que son viables las alternativas de elevar la “piratería” a delito grave y también incluirlo como crimen organizado.
Como parte de la lucha a pesar de que no se considera la venta de discos como delito grave, el abogado dice que se debe poner empeño en la consignación de los vendedores y atender su reincidencia como forma de persuadirlos para que desistan.
“Los operativos de la PGR son una parte inicial del combate, lo ideal es llegar a las grandes cabezas. Por lo pronto, en Gómez Palacio el problema ha disminuido, ya no es frecuente ver puestos de discos “piratas” en la calle”.
Por último, el penalista y académico, Alejandro López Hernández, abordó el tema desde una perspectiva general, señalado que los problemas no se arreglan modificando leyes o elevando penas, agregando que el sistema penal nacional se encuentra en crisis y no es la única solución a las dificultades que enfrenta la ciudadanía.
“Actualmente, los diputados intervienen en propuestas para reformas de leyes penales desde un punto de vista subjetivo, mismas que se deben respetar en la Constitución, pero se deben revisar con detalle a la hora de la procuración y administración de la justicia”.
El comentario sigue: “además se debe analizar la ejecución de las penas, el cómo, cuándo y dónde se llevan a cabo, la situación es muy compleja y más al considerar que el sistema penal es sólo un engranaje de Estado”.
Al final, la opción de López Hernández se basa en el cumplimiento de las obligaciones del Estado señaladas en los artículos 25 y 26 de la Constitución, donde se habla de fomentar el crecimiento económico y el empleo, una justa distribución de la riqueza, que no permitirían la acción de muchos delitos, entre ellos, la “piratería”.
El negocio sigue
Con el decomiso de su mercancía “pirata” por parte de la Procuraduría General de la República, “El Royer” perdió tres mil pesos. Habló con su contacto y al día siguiente le fiaron otra remesa de discos compactos con los últimos éxitos del mercado. Así el combate a la industria “pirata” sigue sin mostrar avances.
Después de un decomiso, la nueva inversión obligada se recupera en un mes, después viene la ganancia, considerando que la autoridad no vuelva a “visitarlos”.
“El Royer” siempre se ha dedicado al comercio informal en la zona centro de Torreón, se rige por temporadas y ahora esta vigente el disco compacto, pero no con los ingresos de tiempo atrás. “Ya vienen las graduaciones y voy a vender arreglos florales”.
Originario de un pequeño poblado en el sur del país, “El Royer” tiene 40 años y es lagunero por adopción, con más de 25 años de marchante. “Primero vendía dulces con la que ahora es mi esposa, después vino la onda de los cassetes y le entramos, luego los discos pegaron más”.
El comerciante recuerda que al principio, los compactos dejaban buena ganancia, pero la competencia hizo que se fueran abaratando. “Unos los empezaron a vender sin portada, con discos muy malos”.
Sobre su proveedor, “El Royer” pidió no tocar el tema, agregando que ni lo conocía. “Conmigo viene un ‘bato’, me dice, -ahí te mandan-, yo cuento y después pago”.
Insistiendo sobre la fabricación y procedencia de los discos “piratas”, el vendedor comentó que los compactos que tienen portada a color son de Tepito y Guadalajara, mientras que los que vienen con dibujo en blanco y negro son locales.
La jornada laboral del comerciante de mercancía ilegal es variable, dice que llega a las nueve o diez de la mañana, al momento de la entrevista eran las 13:00 horas y todavía no acababa de acomodar las filas de discos.
La generación de la primera “Academia” fue la ultima llamarada en la venta de discos. Según “El Royer”, la euforia de una canción o un grupo se agota en 15 días, después la mercancía se rezaga y hay que cambiar.
Al momento de los aseguramientos de sus discos compactos, “El Royer” siempre se hace a un lado. No sabe que hay interés por elevar la “piratería” a crimen organizado, de ese modo a la próxima podría pisar la cárcel y al respecto dijo: “No, pues así ya la pensaríamos dos veces”.