TORREON, COAH.- Los comerciantes del mercado Francisco I. Madero callan. Guardan silencio ante el evidente descuido del edificio y sobre las mejoras a su infraestructura, la consigna fue: “no estamos facultados para hablar, pues todo tipo de declaraciones las hace el diputado Samuel González Pérez”.
El que nada debe nada teme, pero quizá aquí no es el caso. Los dueños de cerca de 90 locales –que no todos están ocupados- solamente tres se atrevieron a decir “algo”, uno de ellos pidió el anonimato, pues consideró que lo que diría “atacará la bilis del señor diputado”.
“Aquí todo hace falta, principalmente un buen dirigente. Qué es eso de que sus ‘chicharrones’ solamente aquí son los qué truenan...es que es del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y ya ve cómo se las gastan estos militantes”, dice la persona que solicitó el anonimato.
Y es que en el recorrido que El Siglo de Torreón efectuó al mercado “Madero”, como es conocido por los torreonenses, la mayoría de los comerciantes no quiso informar nada. Ellos no supieron sí había o no, proyectos para mejorar las condiciones del local, como tampoco quisieron hablar sobre las necesidades que ahí imperan, con un “Samuel es el único que está autorizado para declarar”, despedían a la mujer que portaba grabadora y al joven con cámara en mano.
Al parecer, no hay mesa directiva y según lo que dice el comerciante anónimo, solamente Samuel “es quien aquí mueve el caldo de la olla”.
Miguel Dávila Lozano con 33 años operando un negocio registrado como “Jarciería y Abarrotes”, dice que a sus 77 años ve con lamento cómo se deteriora el mercado y que nadie haga algo para salvarlo, “esto y que no hay clientes, seguramente nos llevará a la ruina, todo es por es culpa del mal... gobierno, dígame, así cuándo vamos a progresar? “.
A media mañana, un día nublado, enmarca la actividad de los locatarios. Esporádicamente, poco a poco empezaron a llegar los clientes a las tiendas del mercado así como al local de Miguel, por cierto, un longevo hombre que pese a que un marcapasos regula cada minuto de su vida, no pierde su alegría.
En el puesto de Miguel, los clientes pueden encontrar artículos típicos mexicanos, productos como molcajetes, estropajos, platos de cerámica, barro, jarras, jaulas, trapeadores, guajes, quiote, flor de azar, rosa de castilla, alpiste y otras cosas, que quizá las nuevas generaciones pudieran calificar como “curiosas”.
El dice que los locatarios están en crisis. También lo afirma el comerciante que no proporcionó su nombre: “Hay poca venta, no hay dinero circulante, estamos viviendo el peor momento... es el reflejo de un gobierno inmaduro, lleno de conflictos”.
Nadie quiso decir si las banquetas notablemente deterioradas están por repararse y a quién corresponde ese trabajo de remodelación, tampoco sí los techos y las paredes desgastadas serán remozadas, mucho menos si existen o no planes para utilizar para algo específico, el terreno que queda en medio de los locales...es que no estaba Samuel González Pérez, el diputado.
NECESITAN MAS RUTAS...
Juan López García, es el segundo comerciante que aunque brevemente, sí informó sobre las necesidades que imperan en el Mercado Francisco I. Madero y dijo que los puntos que contribuye a que las ventas no aumenten son:
· Faltan rutas.- La única línea de autobuses que pasa por el mercado es la línea San Julián.
· Dice que es insuficiente, ya que pasa cada hora y como están deterioradas, “en veces llegan por espacio de dos horas”.
· El servicio de esa ruta termina temprano, “ya para las seis de la tarde, no circulan”.
· Esto impide que la gente venga al mercado.
· La clientela selecciona los mercados ubicados al centro de la ciudad, como el mercado Juárez, Francisco Villa o la Alianza.
FUENTE: INVESTIGACIÓN DE EL SIGLO DE TORREON.