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A CIEN POR HORA

Ricardo Rubín

BANDERAZO DE SALIDA.- Proverbio holandés: se debe alabar en voz alta y criticar en voz baja. * Aunque los hombres bien parecidos y las mujeres muy guapas deberían ser los seres más felices del mundo, no lo son, según encuesta de la Universidad de Chicago... Siguiéndole el paso a medio centenar de preciosas chicas se encontró que tienen las mismas oportunidades en el trabajo, pero están expuestas a mayores asedios desde el jefe hasta el último empleado... Hombres bien parecidos, por su parte, y muchachas bonitas, nunca suelen tener una buena educación ni destacan en nada. Es raro que una persona con cualidades de belleza física destaque por su inteligencia e inventiva. Los guapos y las bonitas sufren mayores desilusiones y su vida es más vana.

CURVA PELIGROSA.- No es cierto que los hombres guapos se casen con las muchachas más bonitas, como debería ser. A los guapos las atrapan muchachas feúchas pero inteligentes, o ricas que quieren satisfacer un capricho, o mujeres maduras... Las muchachas muy bonitas suelen caer en las redes de hombres mayores pero ricos que las conquistan como un trofeo de caza... Aunque las muchachas bonitas son más solicitadas, sufren más que las que no lo son tanto. Tienen que vivir a la defensiva, y llegan a comprender con tristeza que todo lo que tienen es un físico atractivo. Si lo pierden, lo pierden todo y viven angustiadas con el temor de arrugas, granos en la cara, manchas y cicatrices... Los hombres bien parecidos suelen volverse pagados de sí mismos, egoístas y envidiosos ante la abundancia de cumplidos y de mujeres que se tiran a sus pies. Difícilmente llegan a ser esposos fieles, y muchos prefieren vender su apostura a una mujer rica aunque fea.

RECTA FINAL.- Si dicen que el amor es ciego, de dónde sacan que existe el amor a primera vista. * A los jóvenes de ambos sexos que, sin pensar seriamente en casarse y no tener edad ni madurez suficiente para ello se permiten libertades que pueden terminar con el embarazo de la muchacha, he aquí algunas preguntas que deberían hacerse antes de seguir con esos juegos y libertades: 1.- ¿Estoy yo o él preparado para el matrimonio, la maternidad, y todas las responsabilidades derivadas de ambas cosas?... 2.- ¿Estoy dispuesta a soportar la vergüenza ante mis padres, parientes y amigas de verme embarazada por una tontería y estar dispuesta a lavar pañales, levantarme a medianoche a calentar el biberón, dejar de llevar mi vida de soltera y soportar chillidos del niño?... 3.- ¿Están los dos dispuestos a perder su libertad, la comodidad que tienen en su hogar, la oportunidad de encontrar una pareja mejor, acabar de golpe con todas las ilusiones y sueños que tenían para el futuro?

META.- 4.- ¿Quieren realmente él y ella casarse, o lo tienen que hacer a la fuerza a causa del embarazo de ella?... 5.- ¿Pueden afrontar el sostenimiento de un hogar, pagar médico y medicinas, abandonar sus estudios, no poder salir de noche como antes lo hacían, o esperar a que papá cargue con todo?... 6.- ¿Podrán soportar no echarse la culpa mutuamente de lo que pasó y no llegar a odiarse por ello, y no ver al niño como culpable de la nueva y compleja situación que de pronto tienen que afrontar?

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