BANDERAZO DE SALIDA.- El escritor francés Michael Onfray acaba de presentar su libro “El estómago de los famosos”, donde revela algunos secretos gastronómicos de personajes del arte y la literatura. Por ejemplo, afirma que Diógenes comía pulpos crudos; que Rousseau, asceta por excelencia, era vegetariano y sostenía que la crueldad humana es el resultado de comer carne. También el famoso pensador afirmaba que la leche, aunque elaborada dentro del cuerpo de la vaca, es un producto vegetal porque el animal es vegetariano... Recuerda que a Marcel Proust le encantaba comer salmonetas a las brasas, robalo en salsa blanca, arroz a la emperatriz, tartas de albaricoque y filete Stroganof.
CURVA PELIGROSA.- Nietzche, el filósofo que creó la teoría del Superhombre, era un goloso consumidor de salchichas, jamón y lengua de vaca, y decía que quienes comen arroz en exceso pueden iniciarse fácilmente en el vicio del opio y de otros estupefacientes... Jean Paul Sartre, padre del existencialismo, solía decir que era un cangrejo, según las investigaciones de Onfray, por su gran afición a los mariscos... También habla de Pablo Neruda, gran trasegador de vino, y a quien le encantaba la ensalada de papa, tomate y alcachofa. Neruda, por cierto, escribió con Miguel Ángel Asturias un libro exquisito con los recuerdos gastronómicos de ambos cuando vivieron en Hungría. Relatan las grandes comidas que hicieron y cómo viajaban a pueblos lejanos si les recomendaban un buen restaurante, por pequeño que fuera, y apuntan anécdotas y recetas.
RECTA FINAL.- En su libro, Neruda y Asturias relatan dónde comían todos los días y la charla que tenían con chefs y cocineros para obtener las recetas de los platillos que les gustaban. Van de la sopa de pescado con paprika hasta el goulash, y ofrecen una variada lista de vinos rojos que tomaban, con una variedad sorprendente de rubíes, sangre de toro, sangre de ciervo, sangre de león... Onfray, por su parte, menciona también al mexicano Juan José Arreola, que con su plática hace más deliciosos sus vinos preferidos: el Brouilly y el Chiroubles... Recuerda también la obra de Alfonso Reyes “Memorias de cocina y bodega”, y no deja de citar a María Félix, ya desaparecida, era asidua al restaurante “Pavillón”, en París, donde solía pedir algunos de los platillos más exquisitos y costosos.
META.- El libro de Onfray es extraordinario. Y entre los mexicanos famosos recuerda a Salvador Novo, un exquisito gourmet que inspiró cambios en la moderna cocina mexicana, pues él mismo se puso muchas veces un delantal para preparar un platillo de su invención... Se revela en el libro que Alejandro Dumas, padre, además de haber escrito 300 ó 400 novelas, tuvo tiempo para elaborar un completo diccionario de cocina con todo lo que sabía y lo que había conocido en sus viajes... Menciona también la obra “El vientre de París”, de Emilio Zolá, con sus magníficas descripciones del mercado Les Halles, y sus cargamentos de carnes, aves, pescados y mariscos... Y por supuesto, no olvida a Julio Verne y sus “Veinte mil leguas de viaje submarino”, donde el capitán Nemo se deleita con leche de ballena, azúcar de alga, mermelada de anémonas y cohombro de mar.