BANDERAZO DE SALIDA.- ¿Por qué será que en las reuniones de ex alumnos uno se siente más joven a como lo ven los demás?. *** Aunque tradicionalmente es el hombre quien lleva los pantalones, la verdad es que la mujer se ha apoderado de ellos y los luce mejor. No hablamos de mando, sino como prenda de vestir... La mujer luce en minifalda y tacones altos, que la hace dar pasos más cortos y acentuar con ello el movimiento de sus caderas, tan bien como luce en pantalones, que le permiten correr, saltar y adoptar las posturas que quiera. Y cuando las mujeres descubrieron lo cómodo que eran, sin consideración alguna se apoderaron de ellos y no los sueltan... La tendencia femenina por usar pantalones comenzó en los 40, y no tuvo que ver nada con la moda, sino con la II Guerra Mundial.
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CURVA PELIGROSA.- Con la guerra, la mujer trabajó en la calle, y en fábricas y almacenes donde los hombres que peleaban dejaron sus puestos vacantes. La mujer comenzó a usar pantalones, chaquetas de corte sastre, colores neutros, zapatos de tacón bajo... Y en el cine surgió una generación de actrices que hicieron popular a la mujer con pantalones. La primera fue Greta Garbo, que escandalizó al mundo al usar un tuxedo en la película “Moroco”. Luego siguió Katherine Hepburn, a quien se criticó como poco femenina y de rostro demasiado anguloso. Pero siguieron Ann Sheridan, Ingrid Bergman y Paulette Goddard, todas diosas de la pantalla, e inclinaron la balanza.
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RECTA FINAL.- La moda de los slacks y los trousers ya estaba en el vestuario de la mujer, y allí sigue... Sin embargo, si la mujer tiene libertad de escoger entre faldas y pantalones, las bien formadas y de piernas exquisitas se inclinan por las primeras, naturalmente, y si son faldas cortas, mejor... Marilyn Monroe, que se veía igual de atractiva en pantalón o en falda, dijo que prefería ésta última porque le permitía lucir todos sus encantos. Ella fue una mujer que creó un nuevo estilo, y para cuya admiración y adoración los críticos inventaron la palabra “sexy”. Y aunque murió hace años, nadie ha podido superar esa mezcla de ingenuidad y de perversidad, de dulce inocencia y de la más explosiva y completa sexualidad. La Monroe no fue sólo una de las diosas mayores del cine, sino que dejó una huella perdurable entre las mujeres que la vieron en la pantalla.. Y es que la mujer, como algo natural de su sexo, se siente feliz de mostrar sus atributos físicos, como el hombre su musculatura. Y la mujer sabe que en su belleza y en su hermosura está su poder, y sólo tiene que aprender cómo utilizarlo.
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META.- El glamour, la inocencia, la femineidad son algunas de sus mejores armas, y lo mismo la audacia, la agresividad, el atrevimiento... Hay mujeres que con su forma de vestir saben dominar el escenario. Son las llamadas Yin-Yang, que lo mismo lucen espléndidas en pantalones que con faldas... Y hay ahora una tercera categoría, las vampiresas, que parece que no tienen escrúpulos, y que lo consiguen todo con su temperamento y la franca exhibición de sus encantos físicos. Tal vez la mejor muestra de este estilo sea Sharon Stone, quien en la película Bajos Instintos dominó la escena, y al auditorio, con su falda corta y un cruce de piernas... Lo cierto es que la mujer, con pantalones, falda o vestido, sigue dominando al mundo no sólo por sus encantos físicos, sino por su ternura, coquetería, ingenuidad, dulzura y la sal y pimienta que pone en todos sus actos, y en la vida misma.