El estadio de la Universidad Tecnológica de Neza, sede actual de los ?Potros de Hierro? del Atlante, fue el escenario del encuentro de despedida del portero Félix Fernández jugando para los azulgrana. El encuentro escogido para este efecto fue ante el Atlas y el resultado adverso para los de casa pero esto no alcanzó a empañar el homenaje para el arquero.
Félix Fernández, de común acuerdo con la directiva, decidió alinear sólo 19 segundos entregando la portería al arquero suplente y usted se preguntará ¿por qué?; bueno pues la historia se la voy a contar pues la sé de primera mano.
Resulta que hace aproximadamente ocho años se jugaba en ese mismo escenario un partido entre el entonces equipo local, el Toros Neza y el Atlante, arrancó el encuentro y justo a los 19 segundos Félix salió del área y cometió una falta consistente en jugar el balón con las manos, malogrando con ello una oportunidad manifiesta de gol. Esto se tradujo en su inmediata expulsión y la obligada entrada del portero suplente. Ese suplente se llamó en vida Samuel Máñez y no bien entró, Antonio Mohamed le hizo el gol y así recibió su bautizo de fuego.
El árbitro de ese encuentro era un servidor y ahora creo que viste mucho a Félix y habla bien de su calidad como persona recordar ese incidente y hacer partícipe del homenaje a la viuda de Máñez, recientemente fallecido en un absurdo accidente automovilístico.
También participé como juez central en algunos momentos importantes en la vida deportiva de Fernández con el Atlante, como aquella ocasión en que jugaron la gran final de la división de ascenso frente a Pachuca y se coronaron campeones con un penal anotado por él. O aquel inolvidable Torneo 92-93 en que esa generación dorada del cuadro azulgrana obtuvo el campeonato de Primera División frente al Monterrey y jugaban junto a Félix hombres de la talla de Roberto Andrade, Luis Miguel Salvador, el "Potro" Gutierrez, el "Chispa" Suarez y su hasta ayer director técnico, Miguel Herrera, dirigidos por Antonio Lavolpe.
Considero que Félix fue un profesional íntegro, un hombre trabajador pero fundamentalmente un individuo agradecido con la vida y con la actividad que le permitió destacar y vivir del deporte de sus amores. Además, juntó a su capacidad deportiva una preparación académica y una solidez intelectual que lo eleva de la media del futbolista mexicano.
El homenaje rendido el pasado domingo es merecido para un hombre de valor y de valía; vaya un abrazo para Félix y su familia deseando que este adiós sea sólo un hasta luego.
Cuando de profesionales hablamos y ya que estuve en Neza en el Atlante contra Atlas, debo comentar, muy a mi pesar, que a otro buen jugador mexicano ya se le vinieron encima los calendarios: José Luis González China.
José Luis fue un muy buen jugador de futbol; mediocampista fino, táctico inteligente y hombre con gran visión de campo, sin embargo, ahora decidieron colocarlo en la zona de seguridad y como tal, dá demasiadas ventajas al rival.
El futbol moderno radica en la velocidad física y mental, González China ya carece de ambas. Ojalá se den cuenta de ello y no ande arrastrando la cobija, pues ha sido un elemento cumplidor.