Comparto con ustedes un mensaje del doctor Luis Hernández, presidente de la Sociedad de Climaterio y Menopausia de Guatemala.
Si usted es mujer, y lo lee, le sugiero que se lo recomiende a su esposo, es de interés.
¡Lo logramos!
¡No puedo creer que lo hayamos logrado!
Si fuiste un niño en los años 50’s
Mirando atrás es difícil creer que hayamos vivido tanto como lo hemos hecho.
Cuando niños, andábamos en carros que no tenían cinturones de seguridad, o alrbags, ir en la parte de atrás de una pick up en un día tibio era el logro del día...
Nuestras cunas estaban cubiertas con pinturas de colores para nada antialérgicas, no teníamos tapas de seguridad en las medicinas, ni seguros en los gabinetes de cocina, o puertas...
Andábamos en bicicleta sin cascos, ni mencionar cuando nos amarrábamos de los carros en bicicleta, patines o patinetas para subir alguna colina.
Tomábamos agua de la manguera del jardín y no agua mineral de botella.
Nos parábamos horas construyendo nuestras carruchas con maderas, clavos y tornillos oxidados, nos tirábamos por las bajadas, para luego darnos cuenta que se nos había olvidado ponerle frenos; después de chocar con dos o tres arbustos, aprendimos a solucionar el problema.
Salíamos de casa en las mañanas y jugábamos todo el día, siempre y cuando llegásemos a casa cuando las luces de la calle se encendieran. Nadie podía nunca encontrarnos en todo el día, nuestros padres sabían que todos los vecinos cuidaban a todos los niños.
No había teléfonos celulares. Impensable. Jugábamos a Quemado con la pelota, y a veces de verdad dolía. Nos cortamos, fracturamos y rompimos dientes, y no había demandas por esos accidentes, eran accidentes, no había a quién culpar sino a nosotros mismos.
Teníamos peleas, algunas ganadas, otras perdidas, uno que otro ojo morado o labio partido, pero todos lo superamos.
Comíamos tortas, pan con mantequilla, bebíamos refrescos, pero nunca estábamos gordos... siempre afuera jugando, entre todos compartíamos una PepsiCola, y nadie murió por eso.
No teníamos Playstations, Nintento 64, X-Boxes, 100 canales de televisión, VHS, Surround Sound, Computadoras, Internet... teníamos amigos. Salíamos y los encontrábamos, íbamos en bicicleta o a pie para casa de un amigo y tocábamos la puerta, o sólo entrábamos y hablábamos con él.
¡Imagina eso, sin pedir permiso a los padres, sólo por nuestra cuenta! ¡Ahí afuera, en el frío y cruel mundo! ¡Sin guardianes!
¿Cómo lo logramos?
Inventábamos juegos con tirachinas y pelotas de tenis, comimos gusanos y aunque nos lo dijeron, nunca nos salió un tercer ojo ni los gusanos vivieron para siempre dentro nuestro.
Los equipos de beisbol tenían sus selecciones, no todos entramos al equipo, lo que no pudimos tuvimos que lidiar con la decepción, los juegos eran con resultados, los que ganaban tenían derechos a sentirse alegres y los que perdían tuvieron que aprender a ser buenos deportistas y saber que a veces ganas y a veces pierdes.
Algunos estudiantes no eran tan listos como otros, así que perdían el grado y debían repetir un año, qué horror, no había pruebas de reparación ni veranos.
Casi ninguno fue al preescolar, pero cuando nos graduamos en bachillerato, todos sabíamos leer, escribir, gramática y matemáticas básicas, todos aprendimos a contar el sencillo de un vuelto sin calculadora.
Los peores problemas del colegio eran llegar tarde y masticar chicle en clase.
Nuestras acciones eran nuestras, y había que atenerse a las consecuencias, no podíamos escondernos. La idea que nuestros padres no nos castigaran si hacíamos algo malo no era posible, la verdad es que ellos eran la ley, imagina eso.
Si te portabas mal, tus padres te daban nalgadas o te castigaban, y nadie los arrestó por eso. También aprendimos que cuando un padre decía “NO”, era no. Y que nuestras vidas no estaban arruinadas por cada cosa que no nos dieron cada vez que la pedimos.
Juguetes nuevos eran sólo recibidos en Navidad y el cumpleaños, no en cada paseo a las jugueterías; nuestros padres nos dieron regalos por amor, no por culpa.
Estas generaciones han producido algunos de los mejores, asumidores de riesgos, solucionadores de problemas e inventores de la historia. Los últimos 50 años han sido una explosión de innovación y nuevas ideas.
Tuvimos libertad, fracasos, éxitos y responsabilidades y aprendimos a lidiar con ellas.
¡Y tú eres uno de ellos! Felicitaciones.
NOTA: Este pendiente del evento “Viva más y mejor con su pareja, después de los 40’’, donde se abordarán los temas de climaterio femenino y masculino.
Mayores informes a los teléfonos: 7-29-04-40. Cupo limitado a 250 parejas. ¡Habrá grandes sorpresas!
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