Debemos considerar que si la Mecánica Cuántica está en vías de formación, siendo además, muy posible, que algún grupo de ideas que se derivan de los principios fundamentales de la Mecánica Cuántica, podrán modificarse en el futuro, podrán desecharse o se podrán generar nuevas ideas tal vez mas extrañas.
Lo que hemos hecho aquí en este libro, es tan sólo, tratar de relacionar algunas ideas de la cuántica con aquellos sucesos, acontecimientos, creencias que resultan totalmente inexplicables para la ciencia o eventos milagrosos que al pasar el tiempo hayan podido tener una explicación, pero muchos de esos fenómenos permanecen siendo un misterio.
En la Biblia misma y en otros libros sagrados para la humanidad como las Estancias de Dzyan y los Vedas o las leyendas de nuestro México o de los Mayas. Éstos y muchos más que no viene al caso repetirlos fueron tan misteriosos que dieron lugar a grandes religiones.
Toda proporción guardada, pero al llegar a este punto pienso en algunas sectas actuales de los Saucerian, que han surgido porque el fenómeno OVNI entre mentiras y verdades ha prevalecido a través de los años. Y no estoy pensando tan sólo en Kenneth Arnold, sino desde antes en plena Guerra Mundial II y en la Edad Media y en casi todas las naciones cuando han surgido hechos o apariciones que algunos de ellos han cambiado la historia como la aparición que está reproducida en un mural en el Museo Vaticano entre los ejércitos romano y otomano, que Constantino “El Grande”, lo tomó como una clara indicación de que debía convertir al cristianismo al Imperio Romano.
Hay miles de historias más como la leyenda japonesa acerca del origen de su raza, que habla de que bajaron del cielo en naves metálicas.
Los Pieles Rojas que hablan de muchos pájaros de metal a los que se enfrentaron. La leyenda de Quetzalcóatl o Kukulkán.
La misma estrella de Belén aparece y desaparece frente aquellos sabios que habían venido de lejanas tierras para adorar a Jesucristo y fueron guiados por la estrella de Belén que indudablemente no podía haberlos guiado como estrella sino que en la parte final del viaje los encaminó desde Jerusalén hasta Belén, unos quince kilómetros, yendo delante de ellos hasta detenerse arriba del pesebre donde acababa de nacer el Niño Dios.
No pretendo hacer una síntesis en estos cuantos renglones, de esa gran cantidad de hechos milagrosos, pero aun considerando que muchos de ellos pueden ser mitos o leyendas, no cabe duda que hay un trasfondo de verdad, no sólo por la similitud de los hechos narrados, sino por la persistencia del fenómeno en puntos tan distantes en el espacio como en el tiempo.
Un ejemplo clásico de una mentira es la aparición en Rosswell, Nuevo México, que se repite en Aztec, en Socorro, todos en Nuevo México. No se necesita ser un gran investigador para detectar de inmediato la mentira que hay detrás de todo el asunto. A la postre ha resultado ser un magnífico negocio colectivo para el estado de Nuevo México.
Pero así como no nos debemos dejar engañar con mentiras tan evidentes tampoco podemos dejar de escoger entre lo que es cierto y lo que es falso. Ahí sí entra desde luego, la investigación, pero no cabe duda que antes que nada, debe estar la sensatez.
Tratando de desentrañar los misterios de la Mecánica Cuántica y las proposiciones de los diferentes grandes físicos que se han ocupado de ella, no propongo una teoría, indudablemente, pero sí hago notar que hay perfiles dentro de la teoría cuántica que aparentemente saltan todos los “no es posible” y tiende una especie de puente de comprensión entre el mundo de lo desconocido y lo milagroso con la ciencia. Lo cual nos demuestra dos cosas. Una, que lo inexplicable hoy día podrá ser bien entendido mañana y la otra que conforme la ciencia avanza la plataforma de conocimientos es cada vez mayor y es más fácil llegar a las explicaciones.
Imaginemos la prehistoria del hombre: Las pequeñas experiencias del Homo Faber o del Homo Habilis se fueron espaciando formando poco a poco, muy lentamente lo que le haría más fácil la vida. En una palabra había empezado la civilización.
En la actualidad es tan grande el número de nuestros inventos, descubrimientos y adelantos, en ocasiones lo que es un descubrimiento de última hora, a la semana siguiente ya fue rebasado.
Ya hemos mencionado los nombres de los grandes fundadores de la Mecánica Cuántica, pero básicamente fue Max Planck quien es considerado el genio que sentó las bases de esta revolucionaria teoría.
No cabe duda que el nacimiento de la teoría de los cuantos, que son paquetes de ondas y partículas que transmite la luz, tuvo un nacimiento misterioso.
Para formarnos una idea les diré a Ustedes que la historia de Max Planck arranca cuando entra en escena en el Departamento de Física del Instituto Kaiser Guillermo de Berlín a fines del siglo antepasado.
Sus pensamientos se encaminaron a tratar de explicar porqué la teoría electromagnética tenía todas las respuestas acerca de la emisión, absorción y propagación de la radiación pero ninguna sobre la distribución de la energía en equilibrio.
Al principio sólo se propuso demostrar su fórmula para medir la intensidad de la radiación que coincidiría con los resultados experimentales, fórmula que presentó en el seminario de Física de la Universidad de Berlín el 19 de octubre de 1900. Y dije misterioso porque Planck mismo no comprendía el significado de su fórmula.
Después del experimento en donde estaba Heinrich Rubens, Rubens comparó sus mediciones con la Fórmula de Planck y vio que coincidían perfectamente, lo cual significaba que había encontrado la fórmula correcta para la Ley de Radiación.
El trabajo fundamental de Planck a partir de ese momento fue darle un apoyo físico a su teoría vertiéndola en una ecuación.
Por fin el 14 de diciembre de 1900 durante su caminata mañanera le dijo a su hijo que tal vez había producido una obra tan importante como la de Newton.
La Teoría Cuántica había nacido. Se considera el nacimiento de la teoría accidental, basado en un procedimiento matemático incompleto.
Las más elevadas inteligencias de esa época y de todo el siglo XX desfilan en esta asombrosa teoría que como hemos dicho es el conjunto de ideas más inteligente que haya formulado el hombre.
Niels Bohr empezó en 1912 a buscar incansablemente el sentido más profundo de la física cuántica. Esta búsqueda duró 50 años hasta su muerte en 1962.
Pero para mí, la máxima obra de Bohr fue convencer a Heisenberg de que no le hiciera la bomba atómica a Hitler. Lo convenció en una reunión secreta que tuvieron en plena Guerra Mundial en una calle de Copenhague porque Bohr sabía que Heisenberg que había sido su alumno, ya podía hacer la bomba atómica basado en un simple papel que le envió a Londres. No le hagas la bomba atómica a Hitler, porque ese loco acabará con la humanidad.
Pese a que la teoría de los fotones y las ondas que transportan la luz en los llamados cuanta fue una mutua creación de Einstaein y Bohr, este ultimo nunca pudo convencer a Einstein del Principio de Incertidumbre.
Pero desde luego el Principio de Incertidumbre solucionaba uno de los problemas irresolubles de Einstein.
El otro principio básico de la cuántica es la complementariedad. Descubierto por Bohr mientras esquiaba en Noruega.
“Los comportamientos ondulatorio y corpuscular de un objeto son mutuamente excluyentes, pero ambos son necesarios para una comprensión cabal de sus propiedades”. Esto se llama la complementariedad.
Newton decía: Si dos descripciones son excluyentes entre sí por lo menos una debe ser errónea. Bohr afirmaba que las dos podrían ser correctas. Que un objeto tenga un comportamiento corpuscular u ondulatorio, depende de los instrumentos elegidos para su observación.
Si un rayo de luz tiene enfrente un obstáculo con solamente dos agujeros, los corpúsculos pasan por uno solo de ellos pero las ondas de la misma luz pasan por los dos al mismo tiempo porque la luz es corpúsculo y onda.
El Principio de Incertidumbre fue demostrado por Heisenberg, pues no existe una manera precisa de señalar la posición exacta de una partícula subatómica a menos que se prefiera perder precisión en cuanto al impulso de dicha partícula o tiempo o ambos con precisión. También demostró que no hay modo de establecer el impulso exacto de la partícula salvo que se desee perder certeza sobre su posición. Ahí viene la incertidumbre porque no se puede saber al mismo tiempo el impulso exacto de la partícula y establecer su posición.
En el articulo siguiente terminaremos en esta brevísima reseña de los cuanta.
Nos asomaremos a las otras realidades locales y a la simultaneidad y su gran parecido con la tricentuplicación de la luz.
La simultaneidad termina con la relación causa efecto y pudiera cambiarnos de una realidad a otra y la tricentuplicación de la luz es diferente pero en las grandes distancias acentúa la diferencia con la simultaneidad.
Todo este es el mundo subatómico pero alguien, en un lugar no precisado y en un momento incierto quiere cambiar su realidad por la nuestra. Pueden ser experimentos o pueden haberlo realizado en un incierto momento del tiempo.