La decisión de usar o no la violencia para sacar del edificio de la UTBJ a Saúl Ortiz Cano y sus seguidores se puso a consideración de la asamblea que se desarrolló en el salón “Valle Encantado”, del fraccionamiento Valle Verde, y que fue convocada por los consejeros Martín Frías Velardes, Juan Vázquez, Filiberto Alba Gurrola, Félix Ramírez Mora y Mauricio López.
Hubo quienes se negaron a usar la violencia y propusieron dialogar con ese grupo. Consideraban prudente dar un lapso de tiempo de 5 a 10 días a los disidentes para que se salieran por las buenas de las instalaciones de la Unión, y así, si no aceptaban desalojar el edificio, que fueran sacados a como diera lugar.
Sin embargo, fueron pocos los que veían aceptable negociar. “Hay que ir a partirles su ma... y enseñarles cómo se hacen las cosas”, decían algunos de los más exaltados del grupo que heredó el poder de la UT tras la muerte de Juan Salazar.
Ahí se nombró a un Comité Electoral, que organizará las elecciones avaladas por el Consejo Coordinador Estatal de la UTBJ, el cual está integrado por Atilano Nevárez, presidente; Rafael Luna, secretario; Daniel Amador Barrios, Francisco Fernández y Enrique Lerma como escrutadores; e Ismael Pérez, Ismael Serrano y Pablo Ramírez, suplentes. Y según el consejero Mauricio López, fueron 220 los socios registrados y en total 350 los que asistieron, tomando en cuenta los que llegaron después del registro.
Golpes
Hasta ese momento el enfrentamiento físico con el otro grupo solamente estaba en la mente de los seguidores de Filiberto Alba, Martín Frías y Félix Ramírez. Pero al llegar al edificio de la UTBJ empezó a complicarse la situación. De entrada, varias decenas de choferes irrumpieron por la fuerza al inmueble, rompieron un vidrio y se liaron a golpes y empujones con las tres personas que resguardaban el lugar, uno de los cuales salió sangrando de la mano izquierda de inmediato.
Enseguida llegó al lugar Saúl Ortiz, presidente del Consejo de la UTBJ según las elecciones y votaciones organizadas por la disidencia, quien había estado vigilando desde la gasolinera de la entrada del fraccionamiento Real del Mezquital el movimiento de taxis y unidades de la Unión hacia el salón “Valle Encantado”.
Saúl se apersonó acompañado de un pequeño grupo, con el propósito de dialogar; sin embargo, se pusieron violentos varios seguidores de Martín Frías, uno de los líderes que tomó por sorpresa el inmueble de la Unión, situación que minutos más tarde derivó en el enfrentamiento de dos choferes, uno de cada bando, quedando uno de ellos fuertemente lesionado a causa de los golpes.
Así empezó a llegar el apoyo de Ortiz Cano, pero al mismo tiempo se fortalecía el grupo que había tenido asamblea desde las 12:00 horas en el fraccionamiento Valle Verde. Unos intentaban sentarse a platicar, otros sostenían que por la fuerza y a los golpes se decidirían las cosas. Y así fue.
Antimotines
Lo aparatoso de la aglomeración de varias decenas de taxistas en un mismo lugar y con cara de pocos amigos generó, aunado a los reportes telefónicos, la llegada de agentes de Protección Ciudadana, los cuales alcanzaron a desactivar el primer intento de riña campal, pero posteriormente asumieron la defensa del grupo que había asaltado la posesión del edificio de la UTBJ, formando una hilera humana con agentes antimotines que después volvieron a calmar los ánimos con bombas de gas lacrimógeno en contra de la gente de Saúl Ortiz y José Gil Quiñones Reyes.
Transcurría el tiempo y lejos que se disipara el conflicto, se hacía más grande. Por todos los alrededores de la calle Guadalupe, en el fraccionamiento Domingo Arrieta, se encontraban patrullas de PC, Transportes y de la Policía Ministerial. Los vecinos no entendían lo que ocurría, simplemente trataban de esconderse pues con temor veían a los taxistas y a sus líderes con diferentes tipos de armas blancas, listos para la pelea.
Llegaron al lugar varios conductores de taxis del Frente Independiente “Luis Donaldo Colosio” para brindar apoyo al grupo encabezado por Saúl y Gil Quiñones. Durante casi hora y media este grupo siguió esperando la llegada de más gente, mientras que al bando de Martín Frías, Félix Ramírez y Filiberto Alba se le estaba yendo la gente, que veía cada vez más peligrosa su estancia en el lugar.
Eran aproximadamente las 17:30 horas. Para ese entonces a esta caterva le quedaba un reducido número de apoyadores –o golpeadores-; los demás se habían ido a trabajar, a sus casas o simplemente se habían retirado de la escena violenta.
Por ello, al ver que se fortalecía cada vez más la multitud liderada por Saúl Ortiz, el Comandante Operativo de PC ordenó a sus agentes hacer nuevamente un escudo humano que ayudara al grupo minoritario a escapar en un microbús.
Luego Saúl y Gil Quiñones denunciaron que habían sido robados del inmueble de la UTBJ varios radios de comunicación, cargadores y dinero en efectivo, y dejaron ver la posibilidad de tomar la base Ecotaxis UTBJ, para exigir la destitución de su coordinador Martín Frías.
Con esto, lejos de acercarse a dialogar ambos grupos se están separando más, y la autoridad del transporte enfatiza que no es competente para legitimar o invalidar un Consejo Directivo de una organización choferil.