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Abbas dimitirá si no obtiene voto de confianza

El primer ministro palestino, Mahmud Abbas, (Abu Mazen) puede dimitir mañana jueves, si no recibe el voto de confianza del Consejo Legislativo Palestino que se reunirá en la ciudad de Ramalá.

03 de septiembre

Un voto afirmativo fortalecería a Abbas frente a Arafat, mientras que un voto negativo lo expulsaría del poder ahorrándole la vergüenza de renunciar.

RAMALLAH, Cisjordania, (Reuters/EFE/AP) - El primer ministro palestino, Mahmoud Abbas, renunciará a su cargo si el parlamento no lo apoya en su lucha de poder con el presidente Yasser Arafat y le otorga más autoridad para dar pasos claves hacia la paz, dijeron el miércoles funcionarios.

La salida del reformista Abbas podría acabar con la ya en peligro "hoja de ruta", como se conoce al plan de paz apoyado por Estados Unidos, y provocar un retorno a la violencia y derramamiento de sangre tras la tregua declarada por militantes islámicos.

El ministro palestino de Información, Nabil Amr, dijo que Abbas estaba determinado a renunciar al puesto que ocupa desde el 30 de abril, cuando Arafat lo nombró cediendo a la presión de Estados Unidos, si el parlamento no le brinda el jueves un apoyo sólido a su gobierno.

El presidente del parlamento palestino Ahmed Qureia descartó el miércoles la posibilidad de que los legisladores emitan un voto de confianza que el primer ministro Mahmoud Abbas busca en su pugna de poderes contra el líder veterano Yaser Arafat.

Abbas comparecerá el jueves ante los legisladores para rendir cuentas de sus primeros 100 días en funciones. El primer ministro ha dicho que desea que el debate sea seguido de un voto de confianza.

Abbas exigirá que su gabinete "tenga poderes plenos (...) especialmente en los campos de seguridad y administración".

Abbas "pedirá claramente respaldo para sus políticas basado en el principio de autoridad, respeto a la ley y al rechazo de armas ilegales", expresó Amr.

Abbas no ha cumplido los dos objetivos principales de su gobierno: persuadir a los extremistas de que detengan los ataques terroristas contra israelíes y que mejoren la calidad de la vida diaria de los palestinos.

Qureia dijo el miércoles que Abbas ya obtuvo la confianza del parlamento cuando juramentó en abril, y que no hay necesidad de otra votación. Agregó que el parlamento no debe ser arrastrado en la lucha de poderes entre Arafat y Abbas. "El parlamento no aceptará ser convertido en un sitio de conflicto o ser parte de la crisis actual".

Tal voto podría ocurrir si más de 83 legisladores lo demandaran, pero parece muy poco probable. Muchos en el parlamento critican a Abbas pero no desean que sea expulsado y prefieren que él solucione sus diferencias con Arafat.

Por su parte, Arafat reiteró sus acusaciones de que Israel ha frustrado el plan de paz para Oriente Medio con su escalada de ataques contra militantes palestinos.

"El plan de paz está muerto, pero sólo por la agresión militar israelí", dijo Arafat a la cadena CNN en una entrevista fuera de cámaras.

La iniciativa del plan de paz, lanzada en junio por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, durante una conferencia cumbre con Abbas y el primer ministro israelí, Ariel Sharon, establece pasos recíprocos para poner fin a casi tres años de violencia y crear un Estado palestino en el 2005.

ARAFAT ACUSA A BUSH

El gobierno de Bush ha aislado a Arafat del proceso de paz, acusándolo de promover la violencia, pero el líder palestino niega estas acusaciones y ha dicho que Washington no está haciendo lo suficiente para mantener vivo el plan de paz debido a sus preocupaciones con la reconstrucción de Iraq y las próximas elecciones estadounidenses, según CNN.

Israel ha realizado seis ataques con helicópteros contra militantes islámicos desde que un suicida palestino hizo estallar una bomba el 19 de agosto que mató a 21 personas en Jerusalén.

Los ataques con misiles israelíes han matado a 11 militantes y a cinco transeúntes.

La lucha de poderes entre Abbas y Arafat se ha centrado en la demanda de Abbas de tener autoridad sobre las fuerzas de seguridad, como una medida crucial para frenar a los militantes, como requiere la "hoja de ruta".

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