Nueva York, (EFE).- El Museo Metropolitano inauguró la primera gran exhibición de daguerrotipos franceses, 175 trabajos que representan los mejores ejemplos sobrevivientes de esa técnica que cambió la historia del arte y de la representación visual.
Las imágenes, plasmadas en hojas de cobre plateadas, son únicas y de extraordinaria precisión, llenas del detalle y la cualidad escultural que distinguen a este proceso, descrito por uno de sus pioneros, Jules Janin, como "magia divina".
La muestra reúne daguerrotipos franceses producidos entre 1839 y 1855 pertenecientes a grandes colecciones privadas, de museos e instituciones de Europa y Norteamérica.
Los trabajos son ejemplos, nunca antes mostrados al público, de la fotografía documental e histórica de la época, así como de imágenes científicas, etnográficas y artísticas, incluidos retratos, paisajes, estudios de desnudos y escenas de género.
"Este es el primer sondeo de los monumentos claves de los primeros momentos de la fotografía", dijo el director del Museo Metropolitano, Philippe de Montebello.
"La invención del daguerrotipo, el primer proceso fotográfico, fue revolucionario, ya que alteró para siempre la forma como vemos y entendemos el mundo", agregó.
De acuerdo con de Montebello, "tal impacto en la percepción visual no se ha visto desde la revolución informática de finales del siglo XX", mientras que "la transmisión de conocimientos no se ha exaltado tanto desde la invención de la imprenta por Gutenberg".
Entre los trabajos más importantes de la exposición figuran diez daguerrotipos elaborados por el inventor de la técnica, el francés Louis-Jacques-Mandé Daguerre (1787-1851), la mayoría nunca antes vistos en Estados Unidos.
La muestra también presenta raros ejemplos del trabajo gráfico y artístico de Daguerre, que fue un pintor romántico, diseñador de teatro y propietario del Diorama, un famoso y popular espectáculo parisiense con efectos ilusionistas.
Daguerre perfeccionó el proceso fotográfico iniciado en 1816 por Nicéphore Niépce, y de hecho ambos establecieron una asociación para desarrollarlo entre 1829 y 1833, año de la muerte de Niépce.
En 1839, Daguerre presentó ante la Academia de Ciencias Francesa las que serían las primeras fotografías vistas por el público, y a las que llamó -acaso, sin modestia- "daguerrotipos".
Siete meses después, tras negociar una anualidad del gobierno a cambio de que su proceso pasara al dominio público, Daguerre reveló los pasos específicos en la creación de estas deslumbrantes imágenes.
El éxito del nuevo medio fue tan grande y rápido que un caricaturista, Théodore Maurisset, satirizó la "daguerrotipomanía" que se desató a escala mundial hacia diciembre de 1839.
Grandes artistas, artesanos, aficionados, exploradores, astrónomos y archivadores a ambos lados del Atlántico realizaron millones de daguerrotipos en las dos décadas subsiguientes, antes de que fueran reemplazados completamente por la fotografía en papel.
La mayoría de estos daguerrotipos han desaparecido, pero la muestra del Metropolitano reúne algunos de los que han sobrevivido más de 150 años.
Entre los más hermosos ejemplos del uso artístico del medio están un paisaje del pintor Alexandre Clausel, así como un retrato del propio Daguerre y de artistas como Eugéne Delacroix, Jean-Francois Millet, Victor Hugo, Honoré de Balzac y Alexandre Dumas.
Los científicos, entre ellos Jean-Bernard-Léon Foucault, usaron los daguerrotipos para representar el espectro solar, cráneos, esqueletos y hombres y mujeres de distintas razas.
Los daguerrotipos también sirvieron para registrar los exóticos paisajes de tierras lejanas, como los de Atenas, El Cairo y Líbano realizados por Joseph-Philibert Girault de Prangey, o los de Siberia, creados por Jean-Pierre Alibert.