Bagdad, Iraq, (El País).- Los escribas han vuelto a las calles del centro de Bagdad. Montan sus tenderetes en las esquinas de sombra de las glorietas y por 250 dinares (unos 15 céntimos de dólar) rellenan las solicitudes de empleo de los parados. El índice de desempleo se calcula en torno al 50 por ciento de la población. El trabajo se ha convertido en el deseo más extendido del país
Se acaban de convocar plazas para el nuevo Ministerio de Planificación y para el futuro Ejército de Iraq. Decenas de albañiles, jornaleros, choferes, carpinteros, licenciados y antiguos funcionarios se arremolinan ante los puestos dando sus datos.