En un gran negocio se ha convertido el acaparamiento de concesiones para servicio público en su modalidad de taxis, pues el costo de una concesión se ha disparado hasta 2,300 por ciento en menos de tres años.
En la última licitación de concesiones, en agosto de 2000, el Municipio las entregó a 2,500 pesos cada una y actualmente, en el ?mercado negro?, rondan en los 65 mil pesos, es decir, 23 veces más que el precio original.
A decir de los auténticos choferes de taxis, algunos dirigentes han aprovechado muy bien las licitaciones y llegan a ser propietarios de hasta 60 ú 80 concesiones, las cuales tienen a su nombre y al de sus familiares, ya que la Ley les permite únicamente contar con cinco como máximo.
Para poder demostrar que tenían los vehículos durante la licitación, los concesionarios utilizaron incluso carros propiedad de sus choferes, quienes reclaman que ellos son los que deberían ser los propietarios de las concesiones, sólo que no tuvieron posibilidades de adquirirlas y algunos líderes fueron los que aprovecharon.
Algo positivo sobre esta situación es que los taxis han paliado el problema social del desempleo, pues miles de personas que perdieron su trabajo encuentran acomodo como taxistas, pero lo malo de ello es que a veces no alcanzan a cubrir el costo de la renta, que oscila entre 200 y 280 pesos, dependiendo del vehículo y modelo.
Suponiendo que una persona cuente con 50 de ese tipo de concesiones, que originalmente le costaron 125 mil pesos, actualmente, si las vende al precio del ?mercado negro?, podría obtener 3 millones 250 mil pesos, es decir, en tres años se convirtió en millonario.