FT. HOOD, EU.- El presidente estadounidense George W. Bush dijo ayer que había “señales positivas” de Siria en respuesta a los llamamientos para que niegue refugio a los miembros del derrocado gobierno de Saddam Hussein en Iraq.
“Hay algunas señales positivas. Están recibiendo el mensaje de que no deberían acoger a funcionarios del partido Baath ni a altos funcionarios iraquíes”, dijo Bush a la prensa después de asistir a una celebración de la Pascua de Resurrección en Fort Hood.
La creciente presión estadounidense sobre Siria desde el derrocamiento del presidente iraquí Saddam Hussein por parte de las fuerzas encabezadas por Estados Unidos ha alimentado los rumores de que Damasco pudiera ser el próximo blanco de la campaña de Bush contra países a los que acusa de ayudar al terrorismo mundial.
Washington ha acusado a Siria de albergar a personas relacionadas con Saddam que han escapado por la frontera, ayudar a Iraq a combatir a las fuerzas estadounidenses, desarrollar armas de exterminio y ayudar al terrorismo.
Siria niega las acusaciones estadounidenses.
Sin embargo, Bush hizo uso de la diplomacia y dijo que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, visitará Siria para sostener conversaciones.
“Confío en que el gobierno sirio nos haya escuchado y creo cuando dicen que quieren cooperar con nosotros”, indicó.
El mandatario volvió a abstenerse de declarar victoria en la guerra en Iraq, y dijo que es opción del comandante militar en la región, el general Tommy Franks.
El ministro de Relaciones Exteriores de Australia, Alexander Downer, dijo ayer que una declaración de victoria será hecha en los próximos días.
Pero Bush señaló que el fin del gobierno de Saddam ha convertido al mundo en un lugar “más pacífico” y prometió seguir usando el poder de Estados Unidos para este fin.
“Estados Unidos es un país poderoso y una de las cosas que debemos hacer es usar nuestro poder para hacer del mundo un lugar más pacífico y más libre y yo tengo la intención de continuar haciendo eso”, expresó.
Bush hizo las declaraciones acompañado de los soldados David Williams y Ronald Young, que regresaron a su base el sábado en la noche, tras su rescate en Iraq.
Los dos fueron tomados prisioneros después de que su helicóptero Apache fuera derribado. Bush estrechó sus manos en el servicio religioso y después se reunió en privado con ellos durante aproximadamente diez minutos.