MÉXICO, DF.- En un mensaje en el que fue abucheado al menos nueve veces por los congresistas y que marca la mitad de su administración, el presidente Vicente Fox entregó ayer su Tercer Informe de Gobierno.
Y es que, además de los aplausos, en San Lázaro resonaron ayer los reclamos al Presidente de la República: tarifas eléctricas más bajas para Chiapas, detener los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, desmentidos a sus declaraciones sobre el presupuesto destinado a educación.
Afuera, en las calles de la capital, el descontento también hizo eco: marcharon integrantes del Frente Popular Francisco Villa, de la Coordinadora de Trabajadores de la Eduación, del Consejo General de Huelga de jóvenes universitarios y de los extrabajadores de la Ruta Cien, son sólo algunas entre las decenas de organizaciones que protestaron. Sin embargo, fueron atajados por grupos de granaderos cuando intentaron acercarse al recinto legislativo.
En su mensaje, el mandatario hizo un llamado al Congreso de la Unión para construir, juntos, las reformas estratégicas imprescindibles que México requiere.
“Si nuestro más alto propósito es el bien del país, no hemos de tener miedo a coincidir”, y advirtió: “si no hay acuerdos no habrá avances”. México, afirmó, reclama políticas nacionales, no faccionales.
El titular del Ejecutivo Federal sostuvo ante el pleno del Congreso de la Unión que “son imprescindibles” las reformas estratégicas -fiscal, laboral y energética- que permitan liberar el gran potencial de la nación.
Dejó en claro que su gobierno no busca privatizar ni la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ni Petróleos Mexicanos (Pemex), aunque reconoció que en este momento la participación privada es esencial para su desarrollo.
Dijo que “no podemos ocultar” que ambas empresas tienen seriamente comprometida su viabilidad económica, y que por ello no se puede aplazar la decisión de fortalecerlas, capitalizarlas y modernizarlas”.
Tras reconocer que no escapan a su sensibilidad los reclamos sobre una mayor eficacia en el gobierno y los “desencuentros” en su equipo de trabajo, dijo haber instruido a todos los integrantes de éste “a privilegiar la política para ubicarla en la posición de mando que le corresponde, hasta convertirla en el eje rector de una gestión de gobierno cada vez más eficaz, sensible y comprometida”.
La idea sería ampliada más tarde por Alfonso Durazo, portavoz de la Presidencia, quien no descartó la posibilidad de cambios entre los coaboradores del mandatario, ante “la eventual desatención de los miembros del gabinete de (la) instrucción presidencial”, lo que según el funcionario tendría que traducirse en alguna adecuación del mismo.
México llegó a una inversión de 6.8 por ciento del Producto Interno Bruto en educación y se acerca al ocho por ciento que recomiendan los organismos internacionales, aseguró Fox en otro momento.
Sin embargo, reconoció que su gobierno está “consciente de la necesidad que existe de que haya un mayor compromiso con la educación superior”, mayores recursos para seguir evitando “el quebranto de las universidades públicas”.