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COTONOU, BENÍN.- Las autoridades recuperaron una caja negra que podría ayudar a esclarecer por qué se estrelló a poco de despegar un Boeing 727 que transportaba a decenas de libaneses, mientras los buzos continuaban ayer en el océano una desesperada búsqueda de los sobrevivientes del accidente que mató al menos a 111 personas.
Fernand Amoussou, jefe del personal del Ejército, dijo que los rescatistas encontraron una de las dos cajas negras de la aeronave. No pudo saberse de manera inmediata si contenía información del vuelo o grabaciones de voces de la cabina.
El avión, que se dirigía a Beirut, en el Líbano, cayó poco después de despegar ayer del aeropuerto de Cotonou, la capital comercial de Benín. Cadáveres y restos de equipajes y de la aeronave quedaron esparcidos de inmediato en la playa y en el océano Atlántico a sólo 500 metros de la aeroestación.
Al menos 23 personas sobrevivieron, dijeron las autoridades. Al parecer, la parte posterior del avión golpeó a un edificio al final de la pista de aterrizaje, provocando un incendio y una posterior explosión, relató Jerome Dandjinou, funcionario de seguridad del aeropuerto.
El impacto quebró a la aeronave, separando al fuselaje y dañando a la cabina.
Ayer, la mayor parte de la destruida aeronave aún permanecía en el agua, a unos 100 metros de la playa.
La azafata Aminata Bangoura, sobreviviente del vuelo, dijo una gran explosión dos minutos después que el avión despegó hizo que el aparato se desplomara a una alta velocidad.
“La gente gritaba y gritaba, pero yo ni siquiera tuve tiempo de gritar porque las cosas pasaron demasiado rápido”, declaró Bangoura en un hospital de Cotonou, donde las enfermeras atendían los cortes que tenía en su rostro y las contusiones de sus brazos y piernas.
Bangoura, de 28 años, dijo que quedó por un instante atrapada entre dos objetos cuando el avión tocó el agua. Consiguió liberarse y nadó hasta que vio dos hombres en un bote, que la subieron a su embarcación.
“Aún no sé cómo hice para sobrevivir. Dios quería que sobreviviera. Le agradezco a Dios”, manifestó.
La ministra de Salud, Celine Seignon Kandissounon, confirmó la muerte de 111 personas.
Once de los fallecidos fueron arrastrados hacia las playas desde el sitio donde se estrelló la aeronave en el océano Atlántico, a corta distancia de la ciudad portuaria de Cotonou.
La mayor parte de las víctimas fatales eran libaneses que regresaban a su país para las fiestas de Navidad.