Los Ángeles, EU.- Vestida con un traje de tela delgada color negro que contrastaba dramáticamente con el tono blanco-marfil de su piel. Lo primero que destaca en Mónica Bellucci es que en persona tiene una belleza más sofisticada y fascinante que la que luce en las películas.
Es de tan admirable virtud de donde surge el poderoso impacto que provoca entre quienes han tenido la suerte de ver algunas de las cintas que ella ha estelarizado.
La primera vez que el público norteamericano tomó conciencia de que en este mundo existía una actriz italiana llamada Mónica Bellucci fue gracias a la película Bram Stoker’s Dracula. Aunque en dicho filme tuvo una intervención muy breve, gracias al talento de Francis Ford Coppola su inquietante y seductora presencia atrajo el interés de varios productores de Hollywood.
A partir de entonces, la carrera de Mónica Bellucci comenzó a tomar un vuelo artístico cada vez más alto, hasta alcanzar el nivel internacional que tiene actualmente.
“Siempre quise ser reconocida como una artista italiana”, explicó la protagonista de Tears of the Sun, su nueva película estadounidense, “pero desafortunadamente el cine que se hace en mi país no tiene la calidad y el prestigio que tuvo en la época de Federico Fellini, Luchino Visconti y Pier Paolo Pasolini.
Aunque hay directores como Nanni Moretti, Giuseppe Tornatore y Ettore Scola, en términos generales creo que la industria fílmica de Italia no está pasando ahora por un gran momento. Ese fue el principal motivo por el que decidí empezar a aceptar las ofertas que recibí de Francia y Estados Unidos”.
Interesada en dejar claro que no ha renunciado, en ningún momento, a sus orígenes italianos, Bellucci señaló que regresar a filmar a los estudios romanos de Cinecitta es una de las “prioridades más grandes” que tiene dentro de su carrera.
“No quiero dar la impresión de que soy una mujer ingrata o malagradecida”, dijo Bellucci. “Amo profundamente a mi país y siempre que tenga la oportunidad volveré a filmar otra película ahí. En los últimos años participe en más de tres filmes (Il Cielo e Sempre Piu Blu, Malena y Palla di Neve and I Mici). Sin embargo, tampoco quiero limitarme a trabajar únicamente en el cine italiano. Yo crecí admirando a artistas como Sophia Loren, Anna Magnani, Gina Lollobrigida y Claudia Cardinale y quisiera poder llegar a estar a la misma altura de ellas”.
Filme de guerra
no tradicional
Mónica Bellucci señaló que estaba muy satisfecha con el papel que hizo en la cinta dirigida por Antoine Fuqua.
“Quise participar en este filme porque no es una película de guerra ‘tradicional’”, explicó la actriz, que interpreta el personaje de Lena Kendricks, una doctora voluntaria del grupo Médicos Sin Fronteras que queda atrapada cuando estalla la guerra en un país de África Central. Willis es un teniente de la Fuerza Naval enviado a rescatarla.
“Lo que me gustó mucho es que se habla de un conflicto y de un país sobre los que no se escribe mucho. África sigue estando fuera del interés de las grandes naciones industrializadas. La ayuda que reciben quienes viven en ese continente proviene de hombres y mujeres como la doctora Lena Kendricks. Son personas como ella las que arriesgan todo lo que tienen para ir a dar un poco de ayuda y alivio médico a la pobre gente africana que los necesita. Cuando leí por primera vez el argumento de Tears of the Sun me sentí totalmente identificada con el espíritu y la actitud de mi personaje”.
“En esos momentos no sabía que Bruce Willis iba a ser mi compañero”, añadió con gesto amable, para luego continuar entre risas. “Yo siempre he dicho que él fue como un premio adicional que recibí por trabajar en esta película. Nunca había compartido la pantalla con alguien tan famoso como Bruce. Fue una experiencia bastante interesante ver la forma en que él y Antoine discutían y analizaban creativamente algunas escenas de la película”.
“Por ejemplo, Bruce no quiso en ningún momento que se le diera un color romántico a las escenas de Tears of the Sun. Le parecía que eso iría en contra de su historia. Aunque al principio no estuve muy de acuerdo con esa opinión, finalmente me di cuenta que él tenía razón. Creo que también Antoine supo entender los argumentos de Bruce, porque siento que sus comentarios y opiniones ayudaron a enfatizar el concepto dramático que él estaba tratando de darle a nuestra película”.
Compañera sentimental del actor francés Vincent Cassel, con quien ha protagonizado las cintas L’appartement, The Brotherhood of the Wolf y más recientemente Irreversible, Mónica Bellucci considera que el amor es un buen estimulante de la energía creativa.
“En nuestra relación hay una parte intelectual que es muy importante para nosotros dos. Gracias a Vincent he aprendido que el cine puede ser más una forma artística que un puro entretenimiento. La belleza física no dura mucho tiempo en el cine. Este es un negocio que suele ser muy cruel. Es por tal razón que Vincent y yo pensamos que podría ser una buena idea empezar a escribir y dirigir nuestros propios proyectos. Así no correríamos el riesgo de quedar desempleados dentro de algunos años”.
“Mientras llega ese momento, cada uno está trabajando en otros filmes. Yo, por ejemplo, después de participar en The Matrix Reloaded y Matrix Revolution haré el papel de María Magdalena en The Passion, la siguiente película que va a dirigir Mel Gibson”.
Con respecto al difícil momento por el que pasa actualmente el mundo, frente a la posibilidad de que Estados Unidos termine por declararle la guerra a Iraq, Mónica Bellucci respondió con un significativo “no” a la idea de que los artistas tengan la obligación de responder preguntas sobre temas políticos a los periodistas.
“Lo que yo pienso acerca de la guerra forma parte de mi vida privada y nunca voy a darlo a conocer públicamente” dijo Bellucci al terminar la entrevista”.
Luego dijo adiós amablemente y se alejó como si pisara una delgada capa de aire.