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MÉXICO, DF.- El carismático y multifacético conductor mexicano Adal Ramones sorprenderá una vez más a sus seguidores, con su debut cinematográfico en la película Puños Rosas y al convertirse en la imagen oficial del Teletón salvadoreño.
Sobre la filmación, el animador explicó que la fecha de grabaciones estaba prevista para febrero pero por decisión del director Alberto Gómez se cambió para agosto.
El regiomontano, quien se ha distinguido en la televisión mexicana por su facilidad para improvisar, mencionó que Puños Rosas será su primer acercamiento al celuloide en plan de actor, ya que antes ha participado en sesiones de doblaje.
Adal ha prestado su voz para cintas como Stwart Little y Hormigitas, pero en Puños Rosas, título que aún podría cambiar, tendrá una participación especial y personificará a un abogado, explicó Ramones, quien aseguró que una vez que se acerquen las grabaciones se cortará el cabello que ahora se ha dejado crecer.
En cuanto a su participación en el Teletón salvadoreño, el conductor del programa Otro Rollo, que se trasmite los martes por Canal 5, expresó que para él es un orgullo poder representar esa noble causa altruista.
"Espero que nuestros hermanos dentro y fuera de El Salvador visiten la página en Internet para apoyar esta causa que se llevará a cabo del 31 de enero al 1 de febrero, y cuya meta es recaudar un millón de dólares", expresó.
Explicó que después de las largas vacaciones que se tomó regresa con nuevos bríos y ganas de hacer lo más que pueda, "la verdad es que no estamos agobiados y es un orgullo poder ser el conductor de este Teletón".
Divierte sin decir chistes
Es comediante nato con una característica personal: Ramones habla en broma y en serio al mismo tiempo. No realiza una comedia fácil de comprender. Nunca dice chistes.
Cuenta que a los ocho años escribió sus primeros sketches, sin saber exactamente lo que estaba haciendo.
Su maestro de primaria, Oscar Almaguer, un día se lo cachó actuando frente a todos los compañeros del salón. Ramones recuerda que su intención era ganarse la aceptación del grupo.
El profesor lo castigó de una forma peculiar: le ordenó hacer una presentación para toda la escuela. "A ver si como roncas duermes", le dijo.
"Me fui a mi casa con la cola entre las patas, creí que había sido el peor castigo. Después pensé que no era un castigo, sino que el profesor me había retado para ver si podía hacer mis actuaciones frente a todos.
Llegó el día. En el auditorio de la primaria Jaime Torres Bodet, en Monterrey, estaban sentados todos los grupos de primaria. Recuerdo que me sentí en un teatro enorme con un mundo de gente. Iba en cuarto año. Fue una experiencia increíble".