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MÉXICO, D.F.- El reinterpretar un personaje, que antes había sido un éxito, es un reto y Adela Noriega lo sabe... pero no le importa, porque no encarnar a Matilde en la segunda versión de Bodas de Odio, hubiera sido "un gran tache en mi vida y mi trayectoria profesional".
Y es que para la actriz, saber que trabajaría de nuevo bajo la batuta de Carla Estrada, compartir pantalla con Mauricio Islas y Fernando Colunga, y utilizar peinados y vestuario de mediados del siglo XIX, fueron suficientes razones para aceptar protagonizar Amor Real, nombre final del nuevo remake.
Aunque nunca fue fiel seguidora del melodrama producido por Ernesto Alonso en 1983 por estar "muy chavita", Adela comentó que sí tiene grabada en la memoria fragmentos de una escena que realizaron Christian Bach, Frank Moro y Miguel Palmer hace 20 años.
La artista de melodramas como María Isabel y Quinceañera dijo que lejos de preocuparse por mejorar el trabajo hecho por la esposa de Humberto Zurita, está tranquila porque no tiene punto de referencia con la anterior interpretación.
"Creo que es mejor que no me haya tocado verla, porque quizá sin tener la intención de hacerlo, porque soy actriz y los papeles los hago a mi manera y a mi forma de sentir los personajes, hubiera agarrado cositas o tratado de hacer algo similar.
"Tampoco considero que sean competencias y que haya que comparar el trabajo que hizo Christian Bach en su momento y el que voy a realizar. Somos generaciones totalmente distintas, actrices que tienen su público y su forma de trabajar. Yo me voy a entregar como lo he hecho siempre", aseguró.
Entrevistada en la ex Hacienda de Enmedio, mientras era preparada para seguir las grabaciones de la historia original de Caridad Bravo Adams, Noriega dijo que haber trabajado con Mauricio Islas en El manantial creó una química muy especial entre ambos, misma que el público apreciará inmediatamente en la TV.
"Es rico trabajar con alguien con quien ya existe una buena empatía. En la primera escena que hicimos nos vimos a los ojos y fue como si el día anterior hubiéramos tenido algún llamado, no había pasado el tiempo.
"Además de ser un excelente compañero de pantalla, también puedo decir que es todo un caballero; es muy respetuoso, trabajamos muy a gusto juntos y lo considero un gran ser humano".
Para la protagonista de melodramas como Yesenia, Guadalupe y Juana Iris, el 2003 es un año muy importante en su vida, ya que no sólo le dará al público una historia como Amor real, que se estrena en marzo próximo, sino que también podrá aprender mucho, actoralmente hablando, con sus compañeros de telenovela.
"Será un año de trabajo. Espiritualmente me siento llena de satisfacción personal y profesional, con mucha ilusión y muchas ganas de terminar este nuevo reto", concluyó.