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MÉXICO, DF.- El titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), Arturo González de Aragón, admitió haber recibido pagos durante la gestión del ex presidente, Carlos Salinas, aunque, aclaró, que fueron remuneraciones a servicios profesionales independientes del sector público.
En un documento de cinco cuartillas que envió a la Comisión de Vigilancia de la ASF, que preside Manuel Galán Jiménez, dijo que él no tenía obligación de conocer de dónde salieron sus honorarios, por lo que no cometió ningún ilícito.
Comentó que es totalmente incorrecto y falso que mi persona o mi despacho realizara presuntas triangulaciones financieras, tal y como se alude en los medios de comunicación, porque los recursos recibidos fueron entregados en calidad de pago por servicios profesionales prestados.
En su opinión, está en marcha una campaña de desprestigio en su contra, derivada de las observaciones que la ASF hizo por un monto de 340 mil millones de pesos en las revisiones a las cuentas públicas de 2000 y 2001 de la administración del presidente Vicente Fox.
En su escrito, dado a conocer por el diputado priista Manuel Galán Jiménez, el auditor Arturo González precisó que durante el lapso 1985-2001 operó como profesional independiente a través del despacho González de Aragón y Asociados, Contadores Públicos, S.C.
Indicó que antes de 1992, la Presidencia de la República, “me solicitó el desarrollo de diversos trabajos especiales de auditoría, consultoría y evaluación de ciertas materias de la gestión gubernamental en turno, que culminaron con la realización de auditorías externas de regularidad y de control interno”.
Pero “por mis actividades profesionales desarrolladas de forma independiente, se recibieron las contraprestaciones remunerativas correspondientes a las que se alude en los diversos medios de comunicación”, aclaró.
Señaló que los recursos que, hace 11 años, fueron recibidos por los trabajos profesionales desarrollados, efectivamente se realizaron mediante “cheque de caja”, siendo totalmente común y aceptable la liquidación de servicios a través de este tipo de instrumento de pago.
“De esta forma, puntualizó, se dieron por liquidados los servicios prestados con los cheques de caja recibidos en pago, no teniendo por qué investigar quién o quiénes habían comprado tales documentos, ya que éstos fueron entregados por la propia dependencia que solicitó dichos servicios profesionales”.