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LEÓN, Gto.- El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), José Guadalupe Martín Rábago, exhortó a los políticos a subordinar los intereses de partido o de grupos, así como a evitar el enfrentamiento y la oposición irracional, y a asumir con valentía las reformas (estructurales) necesarias para obtener la justicia social.
Tras una semana de protestas y divergencias por la reforma fiscal, a nombre de los obispos de país advirtió que de seguir posponiendo indefinidamente las reformas urgentes, colocarán a México en la antesala de un “desquiciamiento social”, donde las primeras víctimas serán los más pobres.
“Hoy vemos que en lugar de avanzar, vamos retrocediendo; se va deteriorando la posibilidad de alcanzar los consensos que son absolutamente necesarios para que nuestro país logre superar los graves retrasos en que estamos atrapados”, dijo el representante de la Iglesia católica.
“Los obispos del país hacemos un llamamiento decidido a todos los actores políticos, sociales y económicos, así como a los responsables de los medios de comunicación. Es hora de atender el anhelo del pueblo mexicano que tiene derecho a construir su destino como nación, libre solidaria y justa”, puntualizó.
En los jardines del parque metropolitano, el presidente de la CEM dio lectura a un comunicado en el que urge a los responsables de la marcha del país a velar por los más necesitados.
“No permitamos que el enfrentamiento, la descalificación y la oposición irracional se vayan imponiendo como estilo ordinario de vida nacional. No podemos estar frenados ante la urgencia de los cambios que se requieren para sacar a nuestro país de la degradante condición de pobreza.
Se espera que de quienes son los actores principales de la marcha de nuestra patria sean capaces de asumir con audacia y valentía las reformas que necesitamos para la obtención de una justicia social, tantas veces añorada y otras tantas postergada”, dijo el jerarca.
En septiembre del año pasado, los obispos en un documento observaron que algunos sectores sociales no lograban ajustarse a la novedad de nuestros tiempos “y se vé que en lugar de avanzar, vamos retrocediendo”.
“Aprendamos de nuestro pasado: cada vez que nos hemos dividido, nos hemos debilitado y no hemos podido enfrentar con éxito los intereses externos que nos han golpeado duramente”, afirmaron.