La Jornada
México, D.F.- Con el propósito de ajustar sus costos de operación, la empresa Aeroméxico llevará a cabo un recorte de su plantilla laboral —estimado en 400 plazas— y dejará en tierra de tres a cuatro aviones, anunció ayer por la tarde, Arturo Barahona, director general Adjunto de la Aerolínea.
Estas medidas y la reestructuración de la compañía se hará, según dijo, por el difícil entorno económico nacional e internacional y por el incremento del combustible que afecta seriamente sus finanzas.
Barahona no precisó el número de empleados que serán liquidados pero fuentes sindicales hicieron saber que se habla de un recorte de entre 350 y 400 trabajadores, entre las que figuran personal de tierra, administración, aeromozas y pilotos aviadores.
Luego de afirmar que la decisión de la compañía de ajustar su plantilla “responde a lo que está pasando en el mercado aeronáutico”, el director general confirmó que la firma Cintra, administradora de las líneas Aeroméxico y Mexicana de Aviación, obtuvo en 2002 ingresos por 28 mil 660 millones de pesos, es decir unos dos mil 800 millones de dólares, lo que representa una reducción de 5.1 por ciento respecto al 2001, según conoció la empresas desde el pasado 26 de febrero.
En su opinión, “el mexicano, el estadounidense, el europeo y el sudamericano son mercados que no han crecido, incluso algunos mercados están decreciendo y tenemos que tomar medidas para ajustar el tamaño de nuestra operación al de los mercados aéreos”.
Y agregó que otra de las medidas emprendidas por la aerolínea, fue iniciar el cobro adicional a los boletos de avión de cinco a diez dólares extra, dependiendo de la distancia, algo que ya se está efectuando en otras aerolíneas de otras naciones del mundo que si bien es temporal, estará sujeta al tiempo que dure el incremento del combustible con motivo de la amenaza de una guerra de Estados Unidos contra Iraq.
Sobre las consecuencias que sufriría Aeroméxico en caso de desatarse una guerra en Iraq, Barahona sostuvo que “más que la guerra misma, que no deja de tener efectos importantes, existe un cierto temor de la gente sobre todo en Estados Unidos para volar”, y recordó que desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 cuatro aparatos de esta empresa dejaron de volar, y ahora serían entre tres o cuatro, lo que significa aproximadamente el cinco por ciento de toda su flota. Se trata, explicó, de una medida temporal.