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Agencia de colocaciones/Del tintero

Fidencio Treviño Maldonado

Ante la aguda crisis que asola a la región y al Estado de Coahuila en general, aunado el quehacer político, los “buscachambas” y los “columpios”, tratan algunos de mantenerse en sus puestos, otros, los que llegan a los recién inaugurados gabinetes municipales, de acomodar a sus compadres, amigos y desde luego parientes, que aunque la ley estatal y orgánica lo prohíba, es común el nepotismo entre los presidentes municipales de los 38 municipios que conforman el estado. Los puestos en más de las ocasiones se dan por compromiso (voluntad política le dicen), que por el perfil o en el mejor de los casos por preparación del postulante.

La seriedad se fue por la cloaca y los pocos valores éticos y morales con los que pudiesen contar algunos funcionarios es lo que menos cuenta en este cotidiano mundo polaco, lo que en verdad vale es tener una buena ancla quien lo apoye y ya la hizo, en el sentido coloquial podrá sin recato cobrar su quincena religiosamente y sentirse realizado. Qué lástima porque los puestos son pagados por el sufrido pueblo y son para servir al ciudadano y no para servirse de ellos como se hace desde que se tiene uso de razón en nuestro país. Deben estos puestos estar ocupados por gente preparada y con valor humano y no ser sólo una agencia más de colocaciones, una verdadera servidumbre y en no pocas ocasiones los ayuntamientos son una corte de bufones y mandarines los que completan casi toda la nómina de algunos ayuntamientos y así vengan y vayan auditorías, en la mayoría de estas revisiones son gente del mismo Gobierno quien se hace de la vista gorda.

Con tantos secretarios técnicos inventados por los gobernadores, los secretarios tienen los suyos llamados subs“be” y si a nivel estatal los tenemos, para qué queremos en los municipios, sin embargo existen. La gruesa y sutil nómina de la pasmosa burocracia es la parte que ahoga los trámites y de paso constriñe el de por sí escuálido presupuesto.

Los ejemplos saltan a la vista, algunos municipios tienen dos síndicos, esto no es otra cosa que darle jugada a un equis partido y sólo cobrar, porque, para desgracia de la misma democracia y como la conocen nuestros funcionarios el “Municipresidencial” aún es ilimitado, esto hablando de muchos ayuntamientos, donde la monarquía de algunos ediles sobrepasa en mucho a su cabildo.

La costumbre se hizo un uso en los laberintos intrínsecos de la política nacional y México se sigue gobernando con “la ley del menor esfuerzo”, dejándose llevar por la sutil corriente de disfrazar el gobernar con el de hacer negocios por medio de influencias, más de 70 años del PRI en el poder os contemplan y su camada de políticos millonarios son el más ignominioso y tangible ejemplo.

Llamados estos malos Gobiernos la casta divina, y va desde un rascuache municipio hasta lo más encumbrado del Gobierno, con proveedores, operación de obras públicas, constructoras, proyectistas hasta el nefasto tráfico de influencias, donde un simple regidor es el encargado de vender permisos al por mayor para expendios de bebidas alcohólicas y concesiones para algún grupo monopólico de autotransporte urbano. Dicho sea de paso, tratan de disfrazar la realidad en una escandalosa irrealidad.

Las otras agencias de colocaciones familiares, de compadrazgos y amiguchos, son los sindicatos, donde los líderes, al igual que muchos alcaldes reparten puestos que inventan con tal de tener una corte de lacayos y bufones a su entera disposición y sin encontrar disensión alguna, y son muchas veces estos líderes los que también en los ayuntamientos colocan su secuaces, como parte del reparto del pastel y para lograr alguna canonjía en la rapiña del gasto que le corresponde al pueblo.

Por lo pronto la mayoría de los flamantes ediles en los 38 ayuntamientos de Coahuila, han declarado sus buenas intenciones de trabajar por y para los diferentes municipios y eso puede ser un principio halagüeño, el caso de Matamoros, donde los regidores, síndicos y el presidente municipal se redujeron el sueldo y se pretende sacar muchos aviadores, ya es algo.

En Torreón donde el caos parece ser la mala madrastra, en casi todos los círculos, de alcoholes, transporte, obras públicas y otros servicios, Anaya intentará acabar con el lastre que en sólo tres años dejó su antecesor y recuas que lo acompañaron, tarea y misión casi imposible, pero con esfuerzo y voluntad se logra y desde luego con lo más importante, no esperar que las autoridades hagan o dejen de hacer algo por nosotros, sino nosotros como ciudadanos preguntarnos ¿qué podemos hacer para cambiar nuestro entorno? y de paso elevar los ayuntamientos a la categoría que merecemos y no ver en ellos sólo una agencia más de colocaciones para gente sinvergüenza y que viene a servirse del puesto y no a servir a la gente como debe ser y por lo que se le paga. Correo.e-linga__1031hotmail.com

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