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Agenda de propósitos electorales.../Hora Cero

Roberto Orozco Melo

La semana entrante será de gran importancia para el futuro de México. El país está en una difícil encrucijada. Para decidir lo mejor en bien de la República los mexicanos vamos a cumplir con nuestro derecho-obligación de votar en las elecciones legislativas del próximo seis de julio. La decisión de cómo hacerlo: a favor de qué candidatos y partidos cruzar las boletas electorales, constituye un acto personalísimo y de gran responsabilidad. Debemos votar en conciencia y con libertad: no lo olvidemos.

A partir del próximo domingo los ciudadanos tendremos siete días para decidir el sentido de nuestro sufragio; por lo tanto me atrevo a sugerir a mis pocos lectores que escriban la siguiente agenda de propósitos y si les parece bien, se dispongan a cumplirla durante los cruciales días de la próxima semana:

LUNES 30 de junio: “Localizar la credencial de elector. Recordárselo a mi esposa y a mis hijos que ya son ciudadanos”. (Sí, es la misma con la cual ustedes se identifican para cobrar un cheque, su pensión o para hacer trámites en el IMSS, el ISSSTE o en el SAT. Sólo cerciórese que esté vigente, pues en caso contrario se la retachará la mesa directiva de casilla donde deba sufragar el domingo seis del mismo mes; consecuentemente no podrá ejercer su derecho al voto).

MARTES primero de julio: “Conseguir una lista con los nombres de los candidatos que compiten por la diputación federal del distrito electoral de mi domicilio”. (Si es posible, que la lista incluya las siglas y los emblemas de los partidos políticos que apoyan a los aspirantes; resulta importante para saber hacia qué lado estira la rienda que éstos traen amarrada al cuello)...

MIÉRCOLES dos de julio: “Hacer un ejercicio mental con la lista de candidatos y los emblemas de los partidos”. (El ejercicio es memorizar que el PRI apoya a Fulano, el PRD a Zutano, el PAN a Perengano y así los ocho restantes. Tantos partidos son un reto para los de mala memoria).

JUEVES tres de julio: “Comentar las elecciones con los amigos, parientes o vecinos”. (Es muy sano confrontar opiniones con las personas de su confianza, si ya tiene formada la suya propia. No se trata de establecer una polémica, sino de conocer por qué razón alguien está a favor de tal candidato o de tal partido; o en contra. Si lo desea, escriba lo que juzgue trascendente para meditarlo a solas).

VIERNES cuatro de julio: “Repetir el ejercicio anterior con mi esposa y nuestros hijos”. (Una sesión de comentarios entre los miembros de la familia puede ser muy educativa. Es casi seguro que los jóvenes opinarán distinto a las personas mayores, pero en esto de votar cada quién es dueño de hacerlo como le venga en gana. No los coarte ni rechace sus opiniones. Si lo considera saludable, oriéntelos; no les imponga su forma de pensar. De todos modos, ellos decidirán con su albedrío cuando estén a solas en la mampara electoral. Y por favor, no pregunte por quién votaron; deje que ellos se lo digan o se lo callen: es su derecho).

SÁBADO cinco de julio: “Hacer este día lo que comúnmente hago los domingos”. (Por ejemplo, ir a misa, pues las celebradas en la tarde sabatina valen igual que las dominicales. Eso sí, ojo al parche: Si escucha que sermón del sacerdote va más allá de exhortar a la feligresía para votar, acuérdese que ni siquiera los curas pueden influir en el juicio electoral de los ciudadanos. Y no crea eso de que es pecado votar por tal o cual partido; pecado es no votar en plena libertad. Imagínese que el gobernador o el presidente municipal quieran imponernos tal o cual religión: ¿No los mandaríamos al diablo? Pues es lo mismo).

DOMINGO seis de julio: “¡A votar desde temprano!” (Vaya con toda su familia. En las casillas electorales los niños son bien recibidos. Lleve a sus hijos más pequeños para que se acostumbren al ritual democrático. Explíquenles, usted y su esposa, la importancia de saber elegir, ya por el candidato, ya por el partido. Y ustedes defiendan su derecho a votar en secreto, a favor del aspirante que más les llene el ojo o por el partido político que sientan cerca de ustedes. Después de votar hagan su domingo normal: beisbol, futbol, comida familiar, siesta parreña y una buena película en la TV, si la encuentran. Estén tranquilos y seguros de que sus votos serán respetados por el IFE y vigilados por cientos de observadores electorales. ¡Y que sea lo que los ciudadanos queramos y decidamos! No hay de otra...).

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