TORREÓN, COAH.- Aunque de manera oficial el hostigamiento hacia la comunidad gay fue suspendido, la realidad es que se sigue dando de parte de elementos de Seguridad Pública y de Control Reglamentario, todo con el propósito de extorsionar a las personas con tendencias sexuales diferentes.
Lo anterior fue denunciado por Luis Rodríguez Rodríguez, quien ha sido víctima en varias ocasiones de los mencionados “servidores públicos”, quienes a toda costa lo acusan de estarse prostituyendo en la vía pública cuando sólo lo han encontrado platicando o bien caminando.
Como ejemplo de lo anterior, narró el hecho del que fue protagonista la madrugada del pasado miércoles 27 de agosto, luego que salió de un bar localizado por la calle Zaragoza, donde estuvo consumiendo varias bebidas.
Eran las 01:30 horas cuando decidió dar una vuelta por el centro, pero al llegar a la esquina de calle Valdez Carrillo y avenida Juárez, fue interceptado por los tripulantes de la unidad 35392 de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM).
De inmediato le preguntaron que si se estaba prostituyendo, a lo que Luis lo negó, por lo que le pidieron una identificación y cuando les respondió que no llevaba, le dijeron que eso era motivo de cárcel.
Molesto, Luis les dijo que le mostraran en qué Ley se señalaba lo anterior, lo que confundió a los uniformados que optaron por dejarlo seguir su camino.
En la esquina contraria, Morelos y Cepeda, se encontró con Raquel “N”, que se desempeña como sexoservidora, con la que se puso a platicar, pues tiene una buena relación de amistad con ella.
No habían transcurrido ni dos minutos cuando llegaron hasta ahí los inspectores de Control Reglamentario a bordo de un Nissan Tsuru azul, del que descendió un sujeto de aproximadamente 1.80 metros de estatura, robusto, moreno claro, con bigote, cabello quebrado y castaño oscuro y con un tono prepotente en la voz.
De nueva cuenta le preguntaron si se estaba prostituyendo y Luis volvió a negarlo, por lo que le advirtieron que podría quedarse encerrado 36 horas o bien pagar una multa de 300 pesos, pero que si no quería ir a la cárcel a él se los podía dar. Incluso le dijeron a Raquel que si su acompañante se “vendía” que se los dijera y le daban una propina.
Acoso descarado
A la noche siguiente, Luis salió a cenar con un amigo y luego decidieron pasear a bordo del auto de éste último, sin pensar que iban a ser objeto de un acoso descarado de parte de la DSPM.
En tres ocasiones los detuvieron, una de ellas justificada por no haber encendido las luces del vehículo. Dos de esas veces los despojaron de la cantidad de 200 pesos en la primera y en la otra de 300 pesos.
Incluso los acompañaron hasta el cajero automático ubicado en avenida Juárez y calle Galeana, para que les dieran el dinero.
Las unidades involucradas son, de nuevo la 35392 y la 35335.